La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)

En la guarida de Cedric

A la mañana siguiente Sofía y Hugo volvieron al castillo encontrándose con una mala noticia.

~¡Revisen cada rincón! Ella debe aparecer. Ordenó Amber a sus guardias.

~¿Qué pasa Amber?

~Que bueno que vuelves Sofía. Esta mañana entre a la habitación de Anya y me di cuenta que no estaba ¡Tengo miedo de que algo le haya pasado!

~¡No!, Él volvió. Lloró Sofía hincandose en el piso.

Hugo se agachó junto a ella e intentó curar su dolor, sin embargo las lágrimas de Sofía no cesaban.

~Él secuestró a Anya para que yo caiga en sus garras... No quiero que vuelva a encerrarme. Cada día soñaba con que tú volvieras a salvarme... Que juntos criariamos a nuestro bebé. Pasé los últimos años de mi vida temiendo encontrarlo y ahora logrará su cometido.

~No hables de tinieblas, no temas más, ten fe. Al fin, todo ha pasado y yo estoy a tu lado...

~Dime que jamás vas a dejarme, que jamás volveré a la esclavitud. Tartamudeo secando sus lágrimas.

~Protección y amparo, siempre en mí tendrás ¡Lo sé!, no te hará daño, olvida el falso engaño. Tómame las manos, tu llanto curaré. ¡Jamás voy a dejarte!

~Todas mis penas olvidó estando a tu lado, pensando que tú vas a besarme, amarme y a cuidarme.

~Y así será... Comparte mi vida y juntos podremos acabar con la oscuridad. Contestó acomodando su espada.

~¿Dónde la buscarán? Gritó Amber.

~En la guarida de Cedric.

Anya se encontraba sentada junto a la ventana de la gran torre, en su mano tenía un helado de chocolate hecho por el hechicero. Cedric no le había hecho ningún daño, no hasta que Sofía apareciera.

~¿Cuál es su problema? Gritó con furia.

~¿Mi problema? ¿Y todavía lo preguntas? ¡Mi problema eres tú! ¡Siempre lo has sido!

~No comprendo porqué me odia tanto, hace una semana que nos conocemos.

~Eres el fruto del amor de mi pequeña Sofía. Tan frágil y linda, esa niña debería ser tratada como una reina.

~Mi padre la cuida bien. Susurró con fastidio.

~¡No vuelvas a decir eso!

Anya se tapó la cara, pero el hechicero se freno ante ella.

~¿Escuchas eso? Tus padres llegaron. Me alegra su presencia, porque tengo planes para Hugo.

~No les haga daño, ¡por favor!

~Ahora debo aparentar que estuve torturandote para que su odio crezca.

Cedric encerró a la pequeña en una jaula gigante y la colgó a la orilla de la ventana.

~¿Por qué no me hizo daño? No comprendo por qué debe fingir frente a mis padres.

~Jamas podría hacerte daño, ¡Tienes los ojos de Sofía! ¿Dime quién podría contra eso?

En ese momento se escuchó que alguien golpeaba la puerta con insistencia.

~Tu salvación ha llegado. Río frotándose las manos.

~¡No les haga daño!, Repitió con exasperación.

El hechicero movió su varita para que la puerta se abriera.

En ese momento Hugo y Sofía cayeron frente a él.

~Es un gusto volver a verlos. Habló acercándose hasta la princesa.

Sofía lo miró con desprecio y Cedric tomó su cara.

~No me mires así, prometo que él no sufrirá mucho.

~¡Sueltala! Si le haces daño, terminaré contigo.

~ Si mi lord. Río haciéndole una reverencia. ~Yo a ella nunca le haría daño, pero a ti nada podrá salvarte... ¿O quizás si?

Cedric se fue contra Hugo y lo amarró contra la pared.

~¡No! Gritó Sofía con desesperación.

~ ¡Compra su libertad! Paga el precio con tu amor, rechazame y así sentencias su final. Contestó apretando el cuello de Hugo.

~¡No lo hagas Sofía! No sacrifiques tu libertad.

~Le di mi mente a ciegas. ¡Confíe en usted! Cada cosa que pedía que hiciera ¡yo la cumplía!, era un ejemplo a seguir para mí, pero el día que decidí desobedecerlo fue cuando conocí el verdadero infierno...¿Cuanto daño me hará?

~Aunque supliques e intentes confundirme ¡Estás terminando con mi paciencia!

~No estoy suplicando señor Cedric. Sonrió de forma confiada extendiendo su encantalete.

La soga se extendió llegando hasta el otro lado, Sofía pretendía saltar y desatar a Hugo, no obstante Cedric había sido más rápido.

~¡Congelado! Gritó convirtiendo en mi pedacitos su soga. ~Ese es un nuevo artefacto, no recordaba que lo tenías, pero ahora será mío. ~¡Invest! Conjuro tomando el encantalete en sus manos.

~¿Cuando se volvió tan bueno con la magia?

~Basta de palabrerias. Aunque apuestes yo gano al fin.

~Sofia...¡Déjame morir! Ni Anya ni yo podríamos vivir si tú no estás a nuestro lado, ¡Huye con ella! Cría a nuestra hija y a Ernest. Así como soñamos.

~¿Ernest? Dime bichito ¿Quién es Ernest? Habló acercándose a la niña.

~¡Mi hermano! Es hijo de mi madre. Tartamudeo con miedo.

~¿Quién es el padre? Mataré a ese hombre.

~¡Ernest también es mi hijo!, Habló Hugo provocando al hechicero.

~Unos milímetros más y tu vida habrá terminado, ¡tú eres la persona a la que más he odiado en mi vida!, Si no hubieras aparecido con tu galantería y buen porte, Sofía ¡Jamás! Hubiera cometido tantos errores.

~¡Enamorarme no fue un error!, Gritó con miedo.

~¡Eras una niña! Tenías toda una vida por delante. Te enseñe todo lo que sabía, para que te convirtieras en una hechicera talentosa y dejaste todo por un niño bonito.

~¿Alguna vez ha amado de verdad? Uno puede hacer cualquier cosa por la persona amada. Incluso dejarla ser feliz. Lloró mientras observaba el sufrimiento de Hugo. ~Yo... Accedere a sus deseos ¡Pero deje que se vayan! Mi pequeña Anya no tiene nada que ver en este asunto. ¡Devuelvala al castillo!

~¡Hecho! Accedió moviendo su varita.

~¡No mamá! Gritó la niña antes de desaparecer.

~En cuanto a Hugo...¡Liberelo! Él no merece sufrir.

~¿Cómo sé que no estás mintiendo?, Contestó levantando una ceja.

~Yo... Yo... Siseo acercándose a él para darle un beso.

Hugo se quedó estático y comenzó a moverse con dificultad.

~No lo hagas Sofía ¡Recuerda nuestros sueños!

~Amo más tu vida que mi libertad... Si yo sé que tú estarás a salvó yo seré feliz sin importar donde me encuentre. Por favor cuida de nuestros hijos...¡No dejes que me olviden! Y sin importar la situación ¡Nunca! Le hables a Ernest sobre su pasado. No quiero que su vida se arruine. Cerró los ojos antes de dejarse caer en los brazos de Cedric.