La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)

La pijamada de Cristal

Después de un largo viaje, Anya finalmente llegó hasta el castillo de Encantia. Tenía la necesidad de averiguar más sobre la vida de Sofía, lejos del libro y su narración. A pesar de saber que era una mala idea, debía hablar con ella sin importar las consecuencias.

En la entrada del palacio relucía un gran vitral donde se encontraban retratados los príncipes de Encantia: la princesa Amber, el príncipe James y finalmente "la princesita Sofía".

~Bienvenida, gracias por venir ¿Cuál es tu nombre? Habló la reina Amber con suavidad.

~Mi... Mi nombre es Anya, soy la hija del duque Hugo.

~¡Vaya! Es... Un placer saber de él, digo, no lo hemos visto desde... hace años. Agregó.

~Disculpe reina Amber... Me gustaría que me hablara de la joven del vitral, me parece una niña muy dulce.

Amber sonrió con alegría, pero su rostro se llenó de nostalgia en ese mismo instante.

~Era mi hermana Sofía, siempre dulce y llena de vida... Veía la bondad en todas las personas sin importar lo malvadas que fueran... Tal vez por eso su vida se convirtió en una pesadilla.

Anya comenzó a temblar y Amber limpió sus lágrimas.

~¿Podría hablar con ella? Me llena de intriga su vida.

~Si tan solo supiera donde se encuentra. ¿Tú padre sabe de esto? Probablemente no te dejaría hablar con ella.

~Nunca la ha mencionado, ¿Pasó algo malo?

~No es nada, no lo entenderías.
Esa respuesta provocó que la curiosidad de Anya creciera aún más.

Mientras las demás niñas se encontraban jugando. Anya daba un paseo por los pasillos del castillo, sabía que era una falta al protocolo, pero quería conocer el lugar donde se desarrolló gran parte de la vida de Sofía.

Conforme iba caminando se alejaba aun más de la habitación de Cristal, sin embargo su intriga la arrastró hasta los pasadizos del palacio. La biblioteca secreta la seguiría a donde se encontrará, siempre y cuando llevará consigo el libro.

Sin pensarlo la biblioteca apareció frente a sus ojos y el libro comenzó a proyectarse.

Narrador.

Sofía se encontraba jugando en los jardines del palacio cuando un estruendo hizo llamar su atención.
Cedric había hecho un mal hechizo y salía humo de su torre. Al percatarse de esto, la princesa se apresuró a buscarlo.

~¡Señor Cedric! Gritó al encontrarlo tirado en el suelo ~¿Se encuentra bien?

~Muy bien princesa Sofia, solamente trataba de hacer un hechizo de invisibilidad.

~Suena muy complicado, en la academia del mundo eterno solamente nos enseñan cómo ser buenos gobernantes, aunque eso no aplica para mí, yo solo seré la asesora de Amber.

~Es una verdadera tristeza, tú futuro es el de una reina. Sonrió con malicia.

~¡En fin! Yo solo quiero ayudar a la gente que me necesite y encontrar el verdadero amor... Todas mis amigas ya lo hicieron y no era algo que me preocupará... hasta ahora.

~¿Por qué ahora sí?

~Bueno... Tengo un poco de envidia... verá, Amber está en compañía de Zandar, a James y a Clio se les ha visto muy juntos y... Mi mejor amiga Vivian sueña con el amor del príncipe Desmond.

~¿Y tú? Contestó con especial interés. ~¿Hay alguien que te guste?

~Habia, aunque francamente no lo he visto en años. Por el momento solo hay una persona con la que me gusta estar ¡Y es usted!, es mi gran amigo, si estoy a su lado nada me parece triste.

Sofía lo envolvió en un abrazo e inmediatamente Cedric le correspondió.

¿Cuántos problemas empezarían a ocasionarse por una simple confesión errónea?

~¡La fiesta del príncipe Axel será esta noche! Y todos estamos invitados. Gritó Amber entrando en la torre.

~¡Es muy repentino! Contestó Sofía con pesar.

~Pero no puedes faltar, es el evento del año, todos mueren por ser invitados.

~No lo sé... No me gustan ese tipo de fiestas, mucho menos porque... No tengo un acompañante. Respondió con tristeza.

~No es para tanto, yo estaré a tu lado. Además el príncipe Hugo estará ahí. Sé cuánto te agradaba en la escuela real.

Sofía disimulo su rubor, mientras Cedric la observaba con atención.

~¿Quién es el príncipe Hugo? Finalmente pregunto provocando que Amber comenzará a reírse.

~El enamorado de Sofía.

Cedric quedó pasmado por un momento para después ser sacado de su sufrimiento.

~¡Es broma!, Hugo es el hijo menor del rey Garrick de Albuquerque, ya lo conoces, solía practicar Derby volador y baile sobre hielo con Sofía.

~¿El niño que la hizo llorar? ¿Aquel que no creyó en sus capacidades solo por ser mujer?

~Él... Pero ya no es el mismo. Se volvió empático y sumamente agradable. Intervino Sofía.

~¿Cómo puedes querer a la persona que te hizo tanto daño?

~No lo quiero, alguna vez lo hice, pero de eso ya hace más de 5 años.

~¡Ese no es el punto! Debes arreglarte o no estarás lista. Gritó Amber sacandola de la habitación.

Fin de la proyección.

Las imágenes comenzaron a desvanecerse y Anya dió algunos pasos en retroceso. Al sentir que su espada chocaba con alguien, dió media vuelta intentando esconder su nerviosismo.

~¿Qué haces aquí? Gritó Cristal con los brazos cruzados.

~Me perdí, creí que está era tu habitación... Me di un golpe en la cabeza. Río haciendo ademanes exagerados.

~Bueno, sígueme, te estaba buscando, sin ti no podemos comenzar la pijamada.

~¿Qué haremos?

~Lo común, peinaremos nuestro cabello y quizás algunos bailes aristocráticos encajen bien.

~¡Maravillosa idea Cristal! Sonrió con nerviosismo.

Cuando llegó la hora de dormir la princesa comenzó a dar vueltas por toda la cama. Según las pistas que había recabado, la princesa Sofia estaba enamorada de su padre, pero la pregunta era ¿Si él realmente la amaba?

Además, unos años después había ocurrido algo de tal gravedad que había ocasionado que ninguno de los dos quisiera volver a verse.

Conforme se iba acercando a la verdad su intriga crecía cada vez más. Si tan solo Cristal no la hubiera interrumpido...
En ese momento llegó una idea que la llevaría hasta Sofía. La princesa tenía una gran devoción hacia su hechicero real. Si tan solo pudiera contactarse con él, podría conocer los misterios que giraban entorno a ella.
Apenas saliera el sol, iría en su búsqueda ¡No sería difícil encontrarlo! Ya que todos los años, los hechiceros se reunían en la feria de magia de Hexley Hall.