La tristeza de Sofía

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Siguiendo con la narración de la biblioteca secreta.

A pesar de que Hugo era el más guapo, era una belleza llena de soberbia inculcada por su hermano mayor que lo había arrastrado a la desgracia.

~Sofi, no te ves bien. Susurró James tomándola por el hombro.

~No estoy bien, creí que todo iba a ser diferente.

~Hugo parece feliz, ¿Por qué no te acercas a él?

~No creo que le agrade...

~¡Vamos! No es tan malo.

James saludo a Hugo y dejó a Sofía frente al joven. El príncipe besó su mano e inmediatamente volvieron a rodearlo más chicas.

~¡No me digas que es tu novia! Gritó una de ellas arrastrando los pies.

~¡Claro que no!, Alguien como ella ¡jamás! podría convertirse en mi novia.

Sofía sintió que su corazón se estrujaba. Había resistido todo tipo de humillaciones, pero un desplante como ese no podía permitirlo.

Fue así, que sin pensarlo, se acercó al principe y le dió una cachetada provocando que todo el mundo la mirará.

~¡Tampoco aceptaría ser tu novia! Eres despreciable. Gritó antes de salir corriendo del salón.

Las lágrimas comenzaron a asomarse por sus ojos, aún así tenía que ser fuerte y aparentar que nada pasaba.

~¡Sofía! ¿Qué ocurrió? Preguntó Amber alcanzandola en el jardín.

~Tenían razón... ¡Hugo no es el mismo! Quiero irme antes de que alguien me vea.

~Claro que sí.

Sofía se encerró en su habitación por casi una semana, nadie podía acercarse a ella, había llorado tanto que sus ojos se encontraban totalmente rojos e hinchados.

~Permítame que la vea. Habló Cedric entrando en la habitación.

~¡No quiero ver a nadie!

~Princesa Sofía... ¡Mi linda niña! Te advertí sobre ese tipo de fiestas.

~Yo... Tenía la esperanza de que Hugo... De que él siguiera siendo el niño que recordaba. Dijo corriendo a sus brazos.

~¡No llores por ese mocoso que te ha hecho tanto daño! Me hierve la sangre de solo pensar que tus lágrimas son por su causa. Nunca debiste fiarte de él, las personas no cambian.

Sofía siguió llorando y la proyección comenzó a tornarse borrosa debido a un golpe sobre el ventanal.

Anya se quedó en shock por unos minutos, sin embargo los golpes no cesaban.

Al salir de la habitación se encontró de frente con su padre. Este la protegió entre sus brazos y otro golpe volvió a impactarse, esta vez contra la pared.

~Papá ¿Qué pasa?

~Él volvió, tenemos que irnos lo antes posible.

~¿A dónde?

~¡Vaya!, Nos reencontramos príncipe Hugo. Habló Cedric entrando por la ventana.

~¡Guardias!

~¡Congelados!, No eres más listo que yo, nunca lo has sido. Río Cedric observando cómo Anya se aferraba al pecho de su padre.

~No lastimare a tu mocosa si me dices ¿Dónde está Sofía?

~¡No lo sé! No la veo desde... Desde que desapareció.

~Esa chiquilla sabe algo que me interesa.

Anya sintió los ojos de Cedric fijos en ella e inmediatamente comenzó a correr.

~¡No te atrevas!... Ella es lo único que tengo. Gritó desenvainando su espada.

~Deberías ser más agradecido, gracias a mí está contigo. Río elevándolo con un hechizo.

Apenas dejó a Hugo inmóvil, el hechicero comenzó a buscar a la princesa.

A lo lejos observó cómo la pequeña corría por los pasillos y se resguardaba en una habitación.

~Voy detras tuyo, comienza a correr, si no eres rápida ¡te atrapare! Sé que estás aquí, puedo oler tu miedo. Gritó entrando a la habitación, las piernas de la princesa alcanzaban a sobresalir de la gran colcha de lana. El hechicero río victorioso, pero pensó en divertirse un poco mas con la niña ~No te escondiste bien ¡Te veo!

Anya se encontraba escondida bajo su cama... Cedric estaba cada vez más cerca.

~Ya comprendí...¡Adoro jugar! ¿Dónde crees que vas?, ¿Crees que ganarás? ¡Es imposible esconderse de mi! En las escondidas no suelo perder.

La respiración de la niña comenzó a volverse cada vez más agitada, sentía con terror cada paso del hechicero. En un acto de defensa la princesa se recargó contra la pared y está enseguida se giró llevandola hacia otra habitación.

~El juego está acabando princesita... ¡Llegó a su final! Sé dónde estás... Habló asomándose bajo la cama.
Al observar que estaba vacía, comenzó a enfurecerse. Abrió el closet y tiró los almohadones del baúl, pero la princesa no se encontraba en ninguno de estos lugares.

~¡No!, Soltó un grito que retumbó por todo el castillo.

Anya siguió caminando por los pasadizos hasta llegar a la biblioteca secreta. Allí encontró una especie de globo que le permitiría salir del castillo.

Sin pensarlo subió a él y dejó que esté la guiará a un nuevo lugar.

El globo cayó en un gran lugar lleno de colores y magia. “Las islas místicas" un lugar donde se encontraban todo tipo de cosas maravillosas. Anya comenzó a caminar con alegría. Era un lugar lleno de paz y amor dónde se podía sentir segura y pensar en un plan para arreglar las cosas.

~¡Hola! Estaba esperandote. Se escuchó una voz retumbar en su oído.

~¿Un pajarito?

~Soy más que eso, yo te ayudaré a resolver tus problemas. Todas las respuestas están en ese libro que llevas en tus manos.

~¡Necesito saber más! Pero tengo miedo de ser atrapada por el señor Cedric.

~Sigue proyectando la historia y pronto sabrás toda la verdad.

Anya abrió el libro y este rápidamente comenzó a emanar una gran ráfaga de luz.

Narración.

Aquella cachetada no salía de los pensamientos del príncipe Hugo, era la primera chica que se había atrevido a golpearlo.
Con afán, se preguntaba una y otra vez ¿Qué había hecho mal? Para que Sofía reaccionara de esa manera.

Sin siquiera imaginarlo, la princesa se había metido en sus pensamientos y ahora no podía dejar de repetir esa escena en su mente.
¡Tenía que hacer algo! Antes de que el rumor se esparciera. ¡No podía ser humillado de esa manera! Mucho menos podía dejar que Sofía se saliera con la suya. La enfrentaría y le preguntaría directamente ¿Cuál había sido el motivo de su molestia?
De esa manera podría sentirse aliviado y volver a su miserable vida.

La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)Where stories live. Discover now