11. El nido

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Las semanas pasaron y la ansiedad de Tony por su alfa se fue calmando poco a poco. Al parecer eran etapas del embarazo que para su fortuna se esfumaban rápido.

Al cumplir el sexto mes, Tony, se despertó solo en la cama sintiendo nauseas muy fuertes por los aromas entremezclados en su apartamento. Ese día estaba más sensible que el anterior, podía apreciar por separado el olor de todos; eso aunado al aroma de la madera de sus muebles, el olor metálico de su armadura y los productos de limpieza que flotaban en el ambiente, lo llevaron directo al escusado a devolver el estómago.

—Luces pálido —mencionó Bruce acariciando su mejilla cuando se acercó al refrigerador por algo de jugo.

La caricia de su amigo dejó un rastro de aroma dulce que le provocó arcadas.

—No me lo tomes a mal, pero todos apestan; estaré en mi habitación por un rato.

No esperó la respuesta de su amigo, solo se llevó el bote de jugo y se encerró de nuevo dando la orden a Jarvis que vaciara el ambiente de su alcoba.

Ese día se quedaron Bucky y Bruce a cuidarlo mientras todos los demás fueron a trabajar. Fue un gran alivio tenerlos a ellos como sus cuidadores ese día, sabía que no habría problemas si se la pasaba encerrado en su habitación. Podía confiar en ellos para que no estuvieran encima de él todo el día vigilando cada uno de sus movimientos.

Cuando la habitación estuvo libre de aromas, aspiró con fuerza. Se sentía bien oler un ambiente neutralizado, aunque el aroma territorial de Steve llenó la habitación de nuevo, había marcado ese lugar tantas veces que era muy difícil eliminar su aroma.

Al contrario de lo que pensó, el olor de su alfa no lo mareó, lo hizo sentir cómodo y de cierto modo anhelante. Abrió el amplio armario donde estaba colgada la ropa de Steve y se metió en él aspirando para llenarse de él. Deseaba quedarse en ese lugar y a la vez deseaba recostarse para descansar. Una idea loca lo hizo tomar toda la ropa de su pareja y la colocó en su cama creando un pequeño espacio donde podría disfrutar de ese delicioso aroma.

*****

Steve hizo todo lo posible por terminar temprano con su reunión en Shield para regresar a la torre. El bebé crecía cada día más y su único deseo era mantenerse pegado a ese vientre y hablarle para que el pequeño le respondiera con suaves patadas.

Finalmente logró regresar antes del anochecer y al entrar al apartamento encontró a Bucky besando con dulzura a Bruce en la sala mientras parecía que veían la tele.

— ¿Dónde está Tony?

—En la habitación —respondió Bucky recostándose encima de Bruce.

Steve gruñó disgustado cuando percibió el olor de su amigo.

—Para eso tienen un apartamento propio —farfulló dirigiéndose a su habitación, sus amigos rieron y ya no supo más de ellos cuando ingresó a su espacio y cerró tras él.

Se quedó inmóvil al ver a Tony completamente desnudo encima de una pila de ropa regada sobre la cama. Al parecer ya había llegado su época de anidación, el cuerpo de su omega sentía que la llegada del bebé ya estaba cerca y le dictaba hacer un nido para recibirlo y cuidar de él.

Steve se recostó en la cama y Tony se incorporó para subirse sobre su regazo.

—Necesito más prendas —se quejó su omega intentando agacharse, aunque su redondo vientre se lo impedía.

Al verlo tan frustrado por no alcanzar su boca, lo recostó en la cama y lo acercó para besarlo con suavidad. Su pareja jadeó y profundizó el beso de tal forma que logró excitarlo.

Nuestra gran familia (Stony mpreg)Where stories live. Discover now