Capítulo 9: El esperado lunes (Parte 1)

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POV Larisha

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POV Larisha

El sabor de la victoria es uno incomparable. Quizás lo compararía con el postre que finalmente deleitamos, después de anhelarlo durante toda la cena. Esperamos con ansias para probarlo y cuando finalmente lo tenemos en nuestras manos, lo devoramos sin piedad. 

Así me sentía de camino a la casa de Stephen. Con unas ansias de probar cómo se siente derrotar a tu rival en su propio terreno. Sin duda logré mi objetivo, jugar un poco con su paciencia y su mente. Quería saber que tan lejos ella podía llegar, pero fue muy floja. Me decepcionó, pensé que iba a dar más pelea. Quizás sentí un pequeño golpe bajo cuando ella besó los labios de Stephen frente a mí. Esos labios sabor a gloria que llevarían a cualquiera al cielo sin morir. 

Me sentí triunfal, cuando rozó su nariz por mi cuello para percibir mi aroma. Tenía el pulso en descontrol y mi corazón se había paralizado por un breve periodo. Hasta que comenzó a latir rápidamente como si fuera a estallar en cualquier momento. Podía sentir su aliento chocando contra mis labios. Deseaba besarlo, pero quería que me besara por sus propios méritos sin que yo diera el primer paso.

Si fuera por mí, me lo comía a besos ahí mismo...

Ya sé que muchos pensarán mal de mí en estos momentos, pero no me importa. Quizás me tachen de que soy una vil prostituta, una mujer sin escrúpulos, descarada, atrevida, sin moral y sin corazón. Alguien a quien no le importa destruir a una "familia". Pero, ¿qué se puede esperar de personas con mentes retrógradas con pensamientos de los años de antaño? Las personas creen que tienen derecho de juzgar a diestra y siniestra, pero no miran que su techo es de cristal. Todos en esta vida somos vulnerables, tenemos nuestra debilidad, nuestro pecado, nuestro error.

¿Pero saben qué?

Esta noche lo sentí mío sin tenerlo, pero lo sentí lejos estando cerca. Di mi primer paso y no hay vuelta atrás. Ojalá no piense que soy una mujer más y que soy un pasatiempo. Quiero que se dé cuenta que conmigo hallará la felicidad que no tiene. 

¿Tan difícil se le hace a alguien comprender eso? 

¿Cuánto tiempo tiene que esperar para que se dé cuenta que no ama a su mujer? 

Con el simple hecho de seguir mi juego es una pista obvia en su cara. A lo mejor se está dando cuenta y por eso se dejó llevar por mí, o más bien por su instinto. Nuestros cuerpos se llaman y nosotros lo sabemos perfectamente. Yo claramente sé porqué, pero él aún no y algún día lo sabrá. Aunque, prefiero que no lo sepa porque lo podría perder. En fin, mi situación la describo como una moneda, tiene dos caras. Tengo dos probabilidades en estas circunstancias y no sé cuál de ellas saldrá a relucir.

Con todo esto en mi cabeza, no me di cuenta que llegué a la casa. Cuando me iba a bajar, me encontré con un auto de color negro estacionado al frente. Sentí un escalofrío por mi cuerpo y sólo pude pensar una sola cosa.

Nunca es Mucho (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now