Capítulo 30: Presentando al novio en Acción de Gracias (Parte 1)

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Disculpen chicas, pero estaba enferma al igual que mis padres con pulmonía. (Bueno, sigo enferma y estoy escribiendo este cap sintiéndome un poco mejor) Más abajo les contaré, aquí les dividí el cap en lo que mejoro de salud.

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POV Larisha

Despertar en la mañana, estar rodeada de unos brazos y cuerpo desnudo, no se da todos los días. Menos cuando ese cuerpo que te calienta es del hombre que se ha ganado tu corazón de una forma imprevista. Nosotros no nacemos sabiendo quién es esa persona que te va amar y será tu compañero de vida; no tienen un papelito puesto en la cabeza. Pero hay que ser sinceros en admitir que a veces tenemos unas posibles ideas en mente, ya que imaginamos una vida al lado de una persona que conocemos de una forma u otra. ¿Pero qué pasa cuando alguien ajeno a tu vida, llega y te roba el corazón así sin más? Alguien que jamás imaginaste que sería importante y que hasta pensaste que era un vil psicópata. Ahora te volteas un poco y lo observas dormir con cierta paz que te llena de tranquilidad. Sientes el calor de su cuerpo y cierta seguridad que te da cuando te abraza de esa manera. Observas su cuerpo, como respira pausadamente y sólo tienes ganas de acariciarlo para luego sumergirte en él. Pueden pasar horas y podrías estar en esa posición con él sin importar nada más. No te da hambre, no te aburres, ni sientes cansancio por esa posición, sólo sientes felicidad.

Jaymes no es un hombre con unos abdominales marcados, no tiene ojos claros, tampoco es rubio y su estatura es normal por así decirlo. Muchas mujeres se fijan en ese tipo de hombre, bueno, no dije todas. Me refiero a que algunas buscan que sean un modelo de revista y rechazan a hombres valiosos como Jaymes. A mí me encanta su físico, lo admito. Sus ojos tienen esa profundidad que te hace mirarlo con atención y no querer parpadear, sus diminutos labios tienen un toque mortal cuando pasa su lengua por ellos. Tiene esa sonrisa que ilumina y le quita todo lo temible o serio que él pueda verse a veces. Su cuerpo me gusta tal y como es, aunque admito que tiene algo de masa muscular, tampoco es tan flaco como se veía con su traje. El color de su piel es tan pálido, pero, ¿qué le puedes pedir a un irlandés?. Cada detalle de su ser, me está comenzando a encantar y creo que él ya lo sabe.

Ahora me encuentro acariciando su pecho desnudo y dando suaves roces con mi dedo por su abdomen. Lo veo cómo dormido mueve su cuerpo porque siente el tacto de mis manos, sus vellos están parados como si se tratara del hombre araña. Poco a poco abre sus ojos y en parte me siento culpable de interrumpir su sueño, pero no pude evitar tocarlo. ¿En realidad es él mi novio? Mi hombre misterioso; el que me mandaba mensajes "especiales" a mi celular, alguna que otra llamada para escuchar mi voz, quien cambió el rumbo de mi vida para siempre...

Se intentó acomodar ya que estábamos tirados en el suelo, anoche continuamos la velada frente a la chimenea de la habitación y nos quedamos rendidos en éste. Jamás me imaginé estar en una situación de tener relaciones sexuales sin control con un hombre. El sexo es algo que se me ha hecho difícil en la vida al igual que la confianza en los hombres, duele en parte pensar en que gracias a Stephen me abrí un poco más...Pero aquí quién me ha ayudado es esa personalidad, con todo lo que me dijo el doctor de sus posibles razones para existir, ahora comprendo todo a la perfección. Aunque no quiero recordar eso ahora, porque es algo que gracias a Dios al menos si he podido sobrellevar un poco mejor.

¿Pero quién no podría dejarse llevar por los labios de este hombre? Cada vez que toca mi piel, cada vez que me mira de esa manera tan inexplicable, cuando siento su aliento chocar contra el mío...es una sensación inigualable. Jamás sentí eso con Stephen, por eso admití estar enamorada de Jaymes porque él me ha hecho descubrir cosas que nunca imaginé. Siento una paz en estos momentos estando en sus brazos, no tengo miedo que se entere de cosas que le oculto, estoy tranquila porque ya sabe mi verdad. Sé que no le he preguntado de su vida, pero siempre he sido una persona que no me gusta indagar en la vida de los demás si ellos no me la cuentan por su propia cuenta. Admito que tengo la curiosidad, pero de a poco le iré preguntando, ya que si no le cuento de mi vida aún, ¿por qué debería obligarlo a contarme?

Nunca es Mucho (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora