Capítulo 15: Preguntas y más preguntas

1.3K 122 635
                                    

POV Omnisciente

Luego que secara las lágrimas de la castaña, ambos se quedaron mirando fijamente por un instante. Al hombre se le formaba una sonrisa natural en sus labios, por más que quería ocultarla, no podía, no con ella. No le gustaba parecer indefenso ante la gente, no quería parecer inocente. Le gustaba sembrar el terror, le costó ganarse el respeto y admiración de la gente. Pero ahora mírenlo, tan tierno y derretido por una mujer que se ha vuelto su mayor obsesión. Aguantando sus ganas de besarla en medio de la calle, aunque la mujer lo golpeara y se alejara para siempre. ¿Por qué se sentía así? ¿Cómo una desconocida puede despertarle hasta sus más oscuros deseos? Tantas mujeres que existen, tenía que ser ella, alguien que fue su objetivo.

- ¿Vas a quedarte todo el día ahí parado mirándome como un tonto? ―burló la mujer y le sonrió ladeado. Jaymes pestañeó dos veces con lo que ella le dijo y se rió

- Si lo hago de lejos y no me canso, lo haría ahora de cerca...―susurró y miró los labios de la mujer, ella abrió y cerró su boca.

Pestañeó varias veces, se había sonrojado -Gracias por sacarme de ahí, sino fuera por ti...―él la interrumpió

- Nada de eso, kitten...ella sintió una corriente por su cuerpo al escuchar ese apodo, por alguna razón, le gustaba -Tenía que enmendar mi error de alguna forma. Todo fue mi culpa, te metí en esto.―por primera vez ese hombre, se mostraba arrepentido ante alguien

- Shhh...―le puso un dedo en sus labios para que él no dijera nada más. Él se quedó mirando el dedo y la miraba a ella, tenía un mini juego de miradas -¡Ja!―se rió y removió el dedo -¡Mírate! Que tierno te ves así...―ella le sonrió y sorpresivamente él estaba sonrojado, se echó a reír y cambió la mirada hacia la calle -Tengo muchas preguntas Jaymes...―le susurró y él volvió a mirarla

- Puedo contestártelas, con una condición.―le sonrió ladeado y ella arqueó su ceja

- ¿Ah sí? ¿Cuál?―sonrió ladeado de vuelta

- Que aceptes mi invitación a cenar.―le dijo pícaramente

- Creo que es lo menos que mereces. Aceptaré tu invitación con mucho gusto, Jay.―dijo en tono seductora y él sonrió -¿Puedo llamarte Jay?―preguntó curiosa

Él se acercó a ella y se pegó a su oído -Puedes llamarme como quieras, my queen. Para ti, soy todo lo que desees.―susurró y rozó levemente su nariz en la oreja de ella, se enderezó para luego mirarla a los ojos -Ya me tengo que ir, no quiero que tu amigo se encuentre con una sorpresa.

- Yo le conté sobre ti, digo, lo que está pasando entre los dos.―él arqueó su ceja

- ¿Qué pasa entre nosotros dos?―preguntó con cierta picardía

- Pues, esto. ¡Qué se yo!―respondió nerviosa

- Apenas no pasa nada, kitten. Pero, no sabes cuanto deseo que sí.le susurró; miró una vez más los labios de la mujer, se volteó y comenzó a caminar

- ¿Ya te vas?―él paró en seco, sonrió ladeado y se volteó -¿No te enseñaron los modales?―bufó -Las personas se despiden antes de irse―dijo burlona, él se rió y caminó hacia donde ella, movió un mechón de su cabello y plantó un beso en la mejilla de la castaña, ésta en cambio no se esperaba esa clase de despedida, pero no evitó sonrojarse -No hemos decidido sobre cuando será la cena, hoy no por favor... Estoy muerta del cansancio, extraño mi cama.―él sonrió

Nunca es Mucho (EN EDICIÓN)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant