Capítulo 9: El esperado lunes (Parte 2) *Maratón de POVS 1/4*

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NOTA:  Los primeros tres puntos de vista son DOMINGO y ya el último parte 4, es finalmente "El esperado lunes"

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NOTA:  Los primeros tres puntos de vista son DOMINGO y ya el último parte 4, es finalmente "El esperado lunes".

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POV Mathew

Llegué a Estados Unidos buscando ese sueño americano del que tanto habla la gente. Este país sería una pieza clave en mi vida profesional, ya que hay una taza de problemas psicológicos muy alta. Tengo un doctorado en psicología y sé que se preguntarán, ¿cómo un psicólogo terminó siendo camarero? Voy hacerles el cuento un poco corto. Estuve casado hace unos años con mi esposa llamada April Kane. Al principio, ella no estaba de acuerdo con que me fuera a trabajar a Estados Unidos; prefería que nos quedáramos en Londres. Me negué a tal pedido porque ya tenía una oferta de trabajo muy jugosa. Buena paga, vacaciones y días de enfermedad. En fin, era un lujo esa oferta, no a cualquier doctor le ofrecen eso así sin más. En Londres aún no había corrido con suerte de tener una oferta así. Me habían ofrecido trabajar con un médico de cabecera independiente, pero la paga y el ambiente de trabajo, no me parecían acogedores.

Sólo pude trabajar un mes como psicólogo en este país. Luego de tres semanas trabajando, un día, le dije a April que fuera a verificar como iba la construcción de nuestra casa. Estábamos viviendo en un apartamento y queríamos una casa propia para formar nuestra familia. Accedió y fue hasta donde iba a ser nuestro nuevo hogar. Horas después, me llamaron con gran desespero. No eran buenas noticias, mi esposa había tenido un accidente... 

Se había subido a una escalera para ayudar a los trabajadores y al tratar de bajar, se resbaló repentinamente. Cayó al piso de una forma tan brutal, que murió al instante con un golpe en la cabeza. Cuando los trabajadores me informaron, perdí la razón. Yo quería morir en ese instante, el sentimiento de culpa había invadido todo mi ser. Me sentía culpable por mandarla hasta allá sola y no ir con ella. Culpable por no quedarme en Londres como me lo pidió. Mi ambición de querer darle todo, me costó perderla para siempre. Jamás iba a volver a verla sonreír, ya no me iba a regañar por dejar la ropa en una esquina. No me miraría más con ternura ni tampoco escucharía mi nombre salir de sus labios nunca más. Eso, me mató por dentro.

Intenté trabajar para poder darme una auto terapia, pero no funcionó. Sólo duré una semana en el consultorio y casi ni pude atender bien a esos pacientes, porque me sentía muerto en vida. Yo, siendo psicólogo, terminé yendo a un psicólogo. Fui a terapias hasta que, al fin, el año pasado, pude seguir con mi vida. La licencia de psicología, la tengo anulada ya que no me encontraba en condiciones para ejercer mi trabajo. Mi reputación se fue al suelo por mi mala racha en el pasado. Cada vez que trato de conseguir una vacante en un consultorio y ven mi currículo, todo se va a la mierda. Piensan que aun no estoy bien para poder seguir trabajando. Si tuviera dinero, montaría mi propio consultorio, pero eso está muy lejos de cumplirse. En fin, prefiero que todo pase poco a poco, sé que tendré la oportunidad de seguir mi profesión algún día.

Nunca es Mucho (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora