Capítulo 11: Felices los 4... ¿O los 5?

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Abróchense los cinturones y prepárense para este capítulo de infarto, les recomiendo un tanque de oxígeno. 

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POV Larisha

Una empresa, nadie se imaginaría que yo pensaba en eso. ¡Claro que lo planeaba! Por eso no podía dejar que me congelaran la cuenta, estaba pensando en visitar esta semana diferentes edificios, pero al ver ese edificio en específico no pude evitar pararme. Está en una buena zona comercial, me facilita para que los comerciantes me conozcan y quieran trabajar conmigo. Sólo espero que al verlo por dentro no me decepcione, puse mis esperanzas en él. Ese hombre escocés por poco me saca el vivir cuando apareció de la nada, juraría que no había nadie alrededor. No puedo negar que es un hombre tan apuesto, un acento y ojazos divinos.

Ok...cálmate Lari, le perteneces a Stephen.

Mi mente no anda muy bien últimamente, estoy pensando y actuando de una forma no muy correcta para mí. Es como si me transformara por periodos, pero todo esto es gracias al estrés, ansiedad y otros factores que es mejor que ni me acuerde porque sino pierdo el control. Pero bueno, a lo que iba repasando... Ojalá ese edificio sea lo que busco; construiré una empresa de exportaciones, Los Ángeles necesitará de una cuando K.D Enterprise caiga en picada gracias a mí, claro. Estaba pensando algo casi maqueavélico pero Logan no me va a ayudar, está en plan "Celos ON", jamás lo había visto así. ¿De verdad estará enamorado de mí o es el efecto del alcohol? No creo en eso que dicen que: "Los borrachos dicen la verdad", puro mito a la verdad.

Llego a la cafetería, ya mismo serían las 12. Le pago al taxista y rápido me siento en una de las mesas, justo veo a Watson que se acerca. Típico de él de no mirar a uno cuando camina, siempre mirando su libreta.

- Buenas tardes, ¿qué desea para almorzar?―dijo mientras miraba su libreta

- Quiero un trío entre Sherlock, Jim Moriarty y yo, pero lastimosamente eso no se puede.―hice un puchero y por poco Mathew se atraganta, levantó su mirada y me miró asombrado

- ¡Larisha por Dios! ―dijo incrédulo

- ¡Ay! No te hagas el santo Mathew...―rodé mis ojos y se río un poco

- Tienes un humor tan particular. ―negó con su cabeza y se sentó junto a la mesa conmigo

- ¿Por qué te sientas?―dije fingiendo confusión -¡Tengo hambre!

Mathew bufó -Estoy en mi hora de almuerzo. Mi relevo puede atendernos.

- ¡Perfecto! Llámalo entonces.―Mathew asintió y llamó al camarero de relevo

Pedimos nuestras órdenes y al rato el camarero las trajo.

- Entonces, ¿cómo fue tu viaje? ―dijo mientras picaba con el cuchillo el trozo de pechuga de pollo

Tragué primero porque es algo típico que me hacen, me meto comida en la boca y rápido me hacen hablar -Pues dentro de todo bien. Sólo que me molestó el hecho que tuve que viajar hasta el otro lado del mundo para firmar un papel, creo que duré como varios minutos en la oficina del gerente.

- Es algo demasiado tonto. ¿Por qué no te enviaron un fax? ―yo tomaba de mi jugo y alcé mis cejas queriendo responder a eso

- ¡UGH! ¡Eso fue lo que les dije! Pero me dieron la excusa de que como estarían seguros que fuera yo la del otro lado del fax.―él rodó sus ojos

Nunca es Mucho (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora