The Savior's Daughter

Recuerdos

Pov Hope
En cuanto llegué al callejón me encontré con Milah

— ¿Milah?— pregunté con un poco de temor, realmente no sabía por qué estaba haciendo todo esto.
— Hope, necesito que me acompañes. Sé que todo esto es muy confuso y que no tendrías por qué confiar en mí pero te prometo que voy a aclararte todo pero necesito que confíes un poco en mí... sé que también es mucho que pedir... 
— Te sigo– realmente podría resultar ser una trampa  o no pero había algo en mí que decía que no era nada malo... necesitaba respuestas y esperaba obtenerlas.

En cuanto salimos del callejón, subimos a un auto y Millah estuvo manejando por un rato hasta que paramos en una clase de cabaña. Desde el exterior parecía pequeña pero, en cuanto entré parecía más del tamaño de una casa.  

— La has traído— esa voz me era familiar, en cuanto pude apreciar su figura, no podía creerlo—Ru...Rumple— estaba muy confundida ¿El papá de mi mejor amigo estaba detrás de todo esto?
— La mejor versión de él querida, jijiji.
— Tu piel... –tartamudeé un poco– está dorada...
— Digamos que yo vengo de un mundo diferente... un mundo salido de un deseo, creo que tu madre sabe mucho de eso ¿o no te ha contado pequeña? A quien engaño– concluyó– claro que te ha contado
— Eres el Rumple del mundo de los deseos...—al parece pensé en voz alta, mamá me había contado de eso una tarde cuando leía el libro...
—Jijijiji que lista Hope y por fin voy a poder poner en marcha mi plan... he esperado tanto tiempo para esto y realmente tú me lo has dificultado mucho pero creo que ahora seres de mucha ayuda, después de todo esa sigue siendo la debilidad de los "héroes"– dijo con desprecio –siempre protegen a quienes aman y estoy segura que por ti, puedo conseguir cualquier cosa...
— La daga... –concluí– necesitas la daga, aunque haya dos espectros...  sólo hay una daga...
— ¡Qué lista eres pequeña! ojalá lo hubieras sido hace unas horas porque contigo aquí, ahora todo será mucho más fácil...  la conseguiré mucho más rápido...
— ¡Estás equivocado!— lo interrumpí— Gold jamás te dará la daga
— Oh ¿eso crees? Es un simple trato, tu vida a cambio de la daga. Será muy sencillo... si no obtengo la daga... tú mueres
— Tal vez sea lo que creas pero estás equivocado— no le di tiempo de responder ya que quedó inmóvil gracias al hechizo que le lancé— ¿No creíste que vendría con las manos vacías? ¿O sí? — tomé el costal que caía de su cintura —Cuando una persona actúa de tal manera no es porque sea mala, sino que no tiene corazón— saqué el corazón del costal y lo introduje en el pecho de Milah
— Por favor toma esto— dijo entregándome un frasco
—Claro...—Al cabo de unos segundos, miles de recuerdos vinieron a mí. Ahora todo tenía sentido. Milah jamás me había hecho daño, ella había sido muy buena conmigo.—Milah yo...—no pude continuar  ya que, de un momento a otro, me encontraba en el extremo de la habitación. Rumple me había estrellado contra la pared
—¡Hope!