Capítulo 15

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Seguro escuchó mal, pero no quiere que lo repita, si fuera así ¿ella que podría hacer? Él es un búho, eso sería esa filia extraña con los animales... pero un momento, por primera vez le llega la duda de ¿qué es Ramsés? Sigue pensando, solo mira directo a los ojos a Sebastián, está serio y lo ha comentado de una manera muy seca y frívola, sin mostrar ni una pizca de celos, solo como un aviso y esto lo hace aún peor, parece ser que el chico popular no siente nada por ella, se siente triste y confundida, ¿será verdad que el búho siente algo por ella? Ni siquiera lo había notado, no hay explicación y sigue pensando en que podría ser ese búho, mil imaginativos pasan por su cabeza pero ninguno es concreto. ¿Ramsés enamorado de ella?

—Pues... creo... que... este... Ramsés... —la chica ni siquiera sabe que es lo que está saliendo de su boca.

Sebastián no lo aguanta y comienza a reír, esa risa en la cual te llevas las manos al estómago y no puedes tomar muy bien aire, desternilla a carcajadas y se inclina para tratar de respirar, una lágrima le sale por el ojo. Julia no sabe que es lo que pasa, ¿se está burlando de ella? Parece que le causa gracia que Ramsés la quiera, lo hace como si se carcajeara de una desgracia ajena, ¿pero esto es una desgracia? Comienza a pensar que Sebastián es un idiota, pero esa sonrisa sigue siendo una sonrisa indescriptible, la sonrisa más hermosa de un idiota.

— ¿Te burlas de mí? ¿qué te causa tanta gracia? —pregunta la chica que se está molestando más cada segundo que ve como aumenta su risa.

—¡Día de los Inocentes! —el chico le contesta intentando reincorporarse entre risas.

«Esto fue una jodida broma» es lo que repasa Julia mientras no sabe si sentirse molesta, sonreír y reír por la broma o sentirse aliviada porque eso era mentira. Lo único que le pasa por la mente es el calendario de este año y efectivamente hoy es 28 de diciembre.

Con la muerte de su madre, su padre sin contestar el teléfono dejándola sola con este golpe tan fuerte, entrar a un culto en el cual tienes el 'poder' de controlar uno de los cuatro elementos, estar cerca del chico que le gusta y que te bromen con que un búho parlanchín te quiere se le olvido que hoy es el maldito día de los inocentes. Esto fue una broma y ella no sabe cómo reaccionar.

Sebastián ha dejado de reír y mira a la chica que está en blanco y no refleja ninguna emoción, piensa que tal vez ha sido una broma de mal gusto y se pasó de la línea que limita una broma sana a una broma que lastime.

No sabe que decirle pero se arriesgara, tal vez está molesta, incluso puede que piense en golpearle en la cara, ella no es de esas chicas pero este caso amerita un golpe.

—Julia, lo siento, creo que tal vez fue una broma de mal gusto, perdóname, no debía haber hecho una broma así, es que como es día de los inocentes imaginé que sería divertido pero parece ser que la he cagado y he creado algo de tención en nosotros, discúlpame, soy estúpido.

La chica lo escuchó y le prestó atención, ha captado todo y parece ser que fue una broma, sabe que fue un chiste, aunque no conoce aún cómo reaccionar, no tiene porqué buscar una solución al fin y al cabo fue solo un chascarrillo. Lo que sí sabe es que:

—Sí, eres un estúpido. —declara.

— ¿Qué? —se ha quedado sorprendido, no esperaba esa respuesta.

Ahora ella comienza a reír y él sabe a dónde va este asunto.

— ¡Día de los Inocentes!—le grita entre risas, Julia lo ha tomado como broma y ha sabido regresársela, aún tiene la duda de Ramsés, sobre qué es y buscará una respuesta pero por ahora tenía que vengarse de Sebastián.

Antes de que Julia siga riendo Sebastián amaga para atraparla mientras ella intenta correr, pero él la atrapa ya que es más ágil, en su hombro izquierdo la carga y le comienza a dar vueltas. El pasto encima de la tierra permite que Sebastián pueda darle esas vueltas muy rápido sin que el caiga, las suelas de sus tenis deportivos se atoran en el pastizal.

Aprendiz de ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora