❝ Tu inocencia fue lo que más me atrajo y no temo corromperte al máximo, Jeon. ❞
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➪ En esta obra no se busca sexualizar u ofender a ningún idol, esto es solo con fines de entretener. Si no te gusta este tipo de contenido te invito a...
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En sus diecinueve años de vida, Jungkook jamás había sentido la experiencia de ir a una escuela, su educación siempre había sido en casa, sus padres contrataron tutores los cuales eran amables y le enseñaban bien, pero eso no quitaba las ganas de ser como sus vecinos, ser un niño normal.
Cuando era más crío siempre le preguntaba a sus padres el por qué nunca lo llevaban a una escuela, como los demás niños del vecindario. Siempre los veía con sus uniformes y hasta cierto grado felices. Él quería vivir esa experiencia, pero al parecer sus progenitores nunca tenían una respuesta concisa del por qué, incluso también le preguntaba a su Nana, pero tampoco ella le sabía dar una respuesta clara, sus únicas palabras eran "lo entenderás cuando seas más grande". A pesar de su edad, siempre intentó ser comprensivo y no dar mucha lata, por eso no preguntaba más respecto al tema y mucho menos cuando el cuidado obsesivo hacía él aumentaba.
Sus padres siempre habían sido muy sobreprotectores con él, las reglas de la casa se volvían más estrictas con el paso del tiempo, pero todo empeoró más cuando su madre falleció. Aún recuerda las veces que vió a su padre llorar en su despacho, la casa se pintó de tristeza y las reglas aumentaron drásticamente. Jungkook ya no podía salir a jugar con sus pocos amigos del vecindario y la seguridad en casa era más excesiva, jamás lo logró comprender y menos ahora que su padre también lo había dejado.
Era raro para él ir a una escuela como cualquier chico, llegó a pensar en su momento que la universidad lo tendría que hacer en línea, pero ahora el simple hecho de asistir presencialmente lo alegraba un poco, pero el miedo aún perseveraba en él. No sabía cómo comportarse, ni qué hacer, por eso agradecía haberse topado con esos cuatro chicos, la semana había pasado más sencillo gracias a ellos.
—¿Te comerás la hamburguesa? —el pelirrojo alzó la mirada topándose con Junghwan, el cual le sonreía de oreja a oreja esperando una respuesta.
—No, si quieres tómala —le regaló una pequeña sonrisa, viendo como aquella hamburguesa desaparecía de su bandeja y poco después era devorada por aquel hiperactivo chico.
—Sandeul, no seas tan grosero —el pelinegro lo miro mal —siempre le quitas la comida a Jungkook.
—Jungkook no suele comer mucho de por sí, no hagas drama, Sunoo. —Rodeo los ojos —además, le pregunté y él aceptó.
—Es verdad, no hay problema —mencionó para que ambos chicos dejarán de pelear por una tontería.
En ese momento Seokjin apareció entre la gente, llevaba puesto una bata y su cabello se veía algo despeinado. Jungkook siempre se sorprendía al verlo tan perfecto a pesar de estar desarreglado. Lo envidiaba un poco.
