❝ Tu inocencia fue lo que más me atrajo y no temo corromperte al máximo, Jeon. ❞
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➪ En esta obra no se busca sexualizar u ofender a ningún idol, esto es solo con fines de entretener. Si no te gusta este tipo de contenido te invito a...
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La semana había pasado con normalidad, Jungkook se sentía un poco agobiado con los exámenes y sus clases particulares de inglés, aunque no negaba que había mejorado mucho en el idioma. Las clases de la empresa eran aburridas, los amigos de su mayor eran igual de serios y llegaban a chocar con él varias veces, pero no todo era malo, estar en la oficina le había permitido estar más cerca de su mayor y eso lo hacía sentir bien.
—¿Puedo ir a la cafetería por una malteada? —. Preguntó el menor rompiendo el silencio que se había formado desde hace una hora en la oficina.
El señor Kim despegó su mirada del computador para poder ver al menor, el cual estaba sentado en el sofá acomodando algunos documentos.
—Está bien, ve, pero no tardes —. Respondió acomodándose los lentes que usaba para no agotar su mirada en la computadora.
—Síp, no tardaré… —. Sonrió —. Uhm, ¿me da dinero para comprar? Por favor.
Su mayor soltó un suspiro para sacar su billetera y sacar un billete para entregárselo al menor —. Y me traes un café, por favor.
El menor tomó el billete —. Okay, ya vuelvo y gracias —. Le regaló otra sonrisa.
Jungkook salió de la oficina rumbo al ascensor para bajar a la planta baja dónde se encontraba la cafetería de la empresa. Al llegar se acercó a la barra donde atendían para pedir su malteada de galleta y el café del señor Kim.
—Aquí tienes tu malteada y el café —. El chico le entregó el pedido junto con su cambio.
—Muchas gracias —. Sonrió en grande.
Guardó el dinero en su bolsillo, para después tomar las bebidas con delicadeza y así regresar a la oficina de su mayor. Al llegar dejó el café en el escritorio para así ir a su lugar para disfrutar su malteada.
—Jungkook —. Lo llamó y esté rápidamente lo miró.
—¿Lo pedí muy azucarado? —. Preguntó formando un puchero a lo que su mayor negó con la cabeza
—El café está bien, no te preocupes —. Sonrió levemente —. Te iba a decir que hoy no iremos a casa como de costumbre —. Mencionó ganándose una mirada confusa por parte del pelirrojo.
—¿Por qué? ¿Sucede algo? —. Tomó de su malteada girando todo su cuerpo hacia la dirección del mayor.
—No sucede nada malo, tranquilo —. Acomodó su corbata.
—¿Entonces por qué no iremos a casa? —. El señor Kim había estado actuando muy raro desde la mañana.
—Te quiero llevar a un lugar especial, sé que te gustará —. Guiñó.
El menor al oír eso sintió su corazón latir de la emoción, era importante para él saber que su mayor pensaba en él y amaba esos pequeños detalles que tenía.
