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No lo vi venir, allí parado a unos cuantos metros de mi, estaba el, sus manos en forma de puño junto a una imponente compostura.

— Disculpe Joven Jimin, yo no quise.. —la interrumpió—

— No hables. —dijo de inmediato— no es necesario —me miro— es hora de irnos.

Como ya se le había hecho costumbre tomó mi muñeca con fuerza llevándome a rastras con el mientras aún en mis mejillas existía la evidencia de algunas lágrimas, las cuales quisieron volver por el dolor creciente que empezaba a experimentar mi muñeca.

— D-Duele..

No le importo en absoluto, el muy maldito en vez de soltarme, hizo su agarre aún mas fuerte, y eso ya no lo podía soportar.

— ¡Ya!  —grite soltándome de su agarre— Me lastimas..  —manifesté sobando mi muñeca—

— ¡Cállate!

Volvió a tenerme entre sus garras jalandome contra mi voluntad hasta llegar a la puerta principal, en donde me soltó y en una fracción de segundo paso su brazo alrededor de mi cintura atrayendome a su pecho, una sonrisa hipócrita hizo acto de presencia en aquel rostro que hasta hace poco ardía en coraje.

—Discúlpenme si no pude pasar mas tiempo con ustedes, pero tengo un compromiso muy importante —sonrió— me dio mucho gusto conocerte — tomó
mi mano y la beso— te pido que cuides de mi hijo — lo miró alegre— es un gran hombre.

Quería que cerrará la boca.

—Y tu hijo, amala, respétala, hazla feliz  —sujeto nuestras manos y las entrelazo —muero por que llegue el día de su boda, se que sera un matrimonio maravilloso —concluyó con una amplia sonrisa—

¿Tan rápido dedujo aquello?

Algo extraño sucedía aquí.

¿Su papá era cómplice en esto?

Torcí mi boca en un gesto deplorable, sus palabras revolvían mi estómago y el dolor en mi muñeca no ayudaba.

— Tranquilo papá, nos casaremos dentro de poco — y volvió esa sonrisa hipócrita. Salimos de aquella casa y nos dirigimos hacia el coche—

— Sabes que no puedo esperar para eso, ¡adiós! —exclamó emocionado—

Odio todo esto.

Al entrar al coche el ambiente se puso denso y fue peor cuando a eso se sumo la terrorífica expresión del pelinegro al volante. Durante todo el trayecto no se atrevió a mirarme y tampoco pronunció palabra alguna para reclamarme de lo sucedido anteriormente, parecía pensativo, las venas de sus brazos se notaban dejando en claro la imponente fuerza que aplicaba para sostener el volante, era como si estuviera conteniendo todo su enojo.

Tenia miedo.

En verdad mi cuerpo estaba experimentando ese sentimiento con tanto temor.

Todo el enojo acumulado iba a ser desechado en mi, la pregunta era ¿Cómo?

Había pensado demasiado su situación, que no me había percatado de mi alrededor.

Habíamos llegado.

— Bájate

Gire mi rostro para verlo, quería tratar de descifrar lo que estaba pensando, pero el solo se limitaba a mirar al frente.

— ¡Qué carajos esperas para bajar! —grito de repente clavando sus ojos en mi—

Pegue un pequeño salto en mi asiento, su tono de voz fue muy fuerte esta vez, incluso mas que otras veces, rogaba por poder evitar tenerlo cerca, así que por primera vez deseaba pisar aquel cuarto obscuro, solo para estar lejos de el.

Con movimientos torpes y temblorosos logre salir del coche, camine a paso rápido hacia la puerta de entrada, mi pecho se oprimió, ya no sabia que más hacer, intente abrir la puerta pero esta estaba cerrada.

Luego de minutos torturantes de espera finalmente el pelinegro tomó valor para salir de su escondite.

Su cabello ferozmente alborotado, el color rojo de su rostro y las venas que resaltaban de su cuello fueron una clara advertencia de que algo iba a suceder.

A paso firme se acercó hacia la puerta, fue cuestión de segundos para que esta se abriera, enseguida solté un grito al sentir las manos de ese bestia sobre mi cuerpo colocándome sobre su hombro como si fuera un costal de papas.

— ¡No hagas esto! ¡Bajame!

No dijo nada, cerro la puerta de un portazo y se dirigió hacia las escaleras subiendolas a toda prisa, para ese entonces ya podía sentir el frenético palpitar de mi corazón.

Una puerta fue abierta de inmediato y mi cuerpo lanzada hacia la cama dejando huellas de dolor en todo mi cuerpo.

— No me hagas daño por favor...  —suplique mientras sentía el ardor en mis ojos llenándose de lágrimas segundos después.

—¡Maldita sea! ¡Cállate! —
exclamó furioso — ¡Te dije que te comportarás! —para ese momento ya había explotado pasando las manos por su cabello en signo de irritación— y ahora sufrirás las consecuencias.

—¡Maldita sea! ¡Cállate! —exclamó furioso — ¡Te dije que te comportarás! —para ese momento ya había explotado pasando las manos por su cabello en signo de irritación— y ahora sufrirás las consecuencias

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❝Ser fuerte era la única opción que quedaba, así que tenia que luchar por su vida, no dejaría que el ganase.❞




Hola

¿Les gusto?

Perdón si es corto 😅

Intentaré editar el otro capítulo y lo subiré en esta semana, lo prometo 💜

-Jaymy

Secuestro ➸ [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora