Secuestro ➸ [Park Jimin]

026

- ¿Qué?

-Lo que oíste, ahora ve y compra esos anillos. - se levanto dirigiéndose hacia la salida- No me hagas esperar demasiado. -antes de que se fuera logre detenerlo.

- ¿Por que adelantaste la boda?

- Ya no hay tiempo. -manifestó de espaldas, y luego siguió, marchándose.

...

T/N 🥀

Jimin ya no estaba cuando desperté.

Pese a todo en mi cabeza yacía una sola pregunta.

¿Estará bien?

Estaba segura que era mi parte buena y humanitaria la que me hacía pensar así, o que tal vez mi lado racional estaba fallando por estar tanto tiempo metida en este cuarto.

Lo que sea que fuera.

Tenía que irse.

Por el momento no había día en que no revisara mi cuello en el espejo, la marca había desaparecido considerablemente, pero todavía quedaba una diminuta secuela recordándome de lo que era capaz de hacer Jimin conmigo si no le obedecía.

Los siguientes días estuve muy bien informada gracias a Leah que de alguna u otra forma lograba entrar al cuarto por un par de minutos, contándome lo que sucedía abajo.

Muchas personas entraban y salían de su despacho los ruidos eran recurrentes y al principio no le tome importancia.

Aún no habían pasado los tres meses, faltaba mucho para eso sin embargo caí en cuenta de algo al unir las piezas.

Tenía miedo cada vez que se escuchan ruidos cerca, todavía era muy pronto, no podía suceder.

Y la realidad me golpeó luego de lo que que Leah me dijo.

"Mañana vendrán a verte, mañana es tu boda"

Supe que la determinación que tenía Jimin con la realización de esa boda era impune, nadie podía hacer algo para evitarlo, mucho menos yo, no tenía a nadie que viera por mi, mi vida estaba en sus manos.

Mi vida seria junto a él..

-¿Esta lista señorita?

Una mujer muy amable hizo acto de presencia en la habitación avisandome previamente todo lo que iban a hacer conmigo, y sin más, acepté.

- Si. -un pequeño y débil susurro fue acompañado por un fuerte suspiro.

-Acompañame.

Baje de la cama acercándome hacia la mujer quien me guio fuera del cuarto en donde un grandulon con traje negro nos esperaba.

Acompañadas de el nos dirigimos a un cuarto apartado.

Adentro del cuarto nos esperaban tres chicas más.

Y en ningún momento ese grandulon se separó de nosotros.

El olor del cuarto era fresco y agradable, el espacio era amplio, los grandes ventanales de la habitación tenían finas telas colgando de si que se movían por la fuerte brisa que lograba entrar, el sol también se había colado y un fuerte resplandor hacia el efecto de alumbrar la habitación, me quede un tanto embobada observando aquello, para otras personas podría ser lo más normal del mundo, pero para mi era como si estuviera viendo una maravilla, el hecho de haber estado encerrada en ese cuarto a oscuras me hizo odiar todo lo relacionado con la oscuridad y el color negro.

Mi atención se desvió hacia el tocador que se encontraba en medio del lugar, estaba lleno de productos de belleza y maquillaje.

-Toma asiento, haremos un excelente trabajo en ti.