Capítulo 3

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********* Capítulo 3********

Mmmm... Se siente bien... Tan suave, tan grande....

- ¡Donde estoy! - ¡mierda! Paredes blancas, cama enorme y yo en ropa interior. Esto no se ve bien. Tampoco me siento bien.

- Veo que ya te despertaste. Si quieres date una ducha; el baño esta en la puerta a la derecha. Te espero abajo para que desayunemos.

Estoy con la boca abierta. Hasta el suelo. Estoy en la casa de Pablo Altamirano. Y está en pijama, y yo en ropa interior... No puede ser.

- Sólo quiero decir que yo no soy así. No me emborracho, no hablo hasta por los codos y mucho menos tengo sexo con extraños o clientes.

- Sí. Lo sé. Me lo dijiste ayer mientras te quitaba el vestido.- Ahhh...- Por eso tu estas durmiendo en la habitación para huéspedes y yo dormí en mi habitación. Raquel, ayer dijo usted demasiadas cosas, y creame que entiendo su posición. Pero por el bien de la humanidad, no beba.

- Ahh...- ¡¿ Qué mierdas hice ayer?!- Yo... le agradezco mucho la atención, pero le ruego por lo que mas quiera para que me deje ir a mi casa.

- Aquí nadie la retiene Raquel. Es libre de irse cuando usted quiera, la llevo hasta allá.

- Mu... Muchas gracias. No se como agradecerle todo esto.

- Yo sí. Sea excepcional con mi hotel.

- Tengalo por seguro.

Reviso el reloj que marca las ocho de al mañana. Lo que quiere decir que tengo dos horas para arreglarme e irme a trabajar con normalidad. Me meto a la ducha enorme de la habitación, todo minimalista y en colores negro y blanco. Nada que ver con la calidez del hotel.

- Estoy lista. ¿Podría...?- Se me seca la boca. En mi vida en había quedado con una oración a medias por un hombre. Alto, rubio, ojos verdes y una ligera barba que comienza a crecer. Pantalones de mezclilla ajustados y una camiseta blanca, que le marca los brazos de tal manera...

- Bueno, eso fue rápido. Vamos, la llevo a su casa.

- Gracias.

No dije nada en todo el trayecto, mas que para indicar el lugar de mi departamento.  Evité  todo contacto visual. Sí, me pone nerviosa.

- Es en la siguiente entrada, a la derecha.

- Okey.

Cuando llegamos apaga el motor y cómo cuando me subí, abre la puerta para que me baje.

- Muchas gracias. En serio, por todo.

- No hay que agradecer nada Raquel.- se forma un pequeño silencio entre ambos- Él es un idiota. Eres el paquete completo y lo cambió por siliconas. Mereces más que eso. - acomoda un mechón de cabello en mi oreja y las lágrimas brotan de nuevo.

Si, me merezco un buen trabajo, me merezco un buen novio, me merezco un buen sexo, me merezco todo lo que quiero.

- ¡Hey! no llores... - toma mi rostro en sus manos y me hace verlo a los ojos. Hay ternura en ellos, un brillo diferente. Espero que me diga algo, pero no dice nada, sus ojo van a mis labios y por un momento creo que me va a besar... Hazlo, besame, mi mente te lo ordena. ¿Que esperas?

- ¡¡Raquel!!- Oh, no. Él no.- ¿Donde carajo estabas ? tengo toda la noche aquí, esperándote.- Pablo me suelta y se pone rígido ante la intrusión y yo salgo del trance.- He muerto varias veces cuando supe que no fuiste con tus padres, ¿Quien es él?

- ¿Qué? ¡¿como te atreves?! Eres un imbécil Carlos. ¡Largate de aquí!

- Sólo quiero hablar contigo pajarita. - Voltea a ver a Pablo, quien ha permanecido ahí todo el tiempo sin hablar- Amigo, ¿quieres dejarnos solos?, mi novia y yo tenemos que hablar.

- Tú y yo no somos nada, ni tenemos nada de que hablar. Largate. - Siseo y me doy la media vuelta, pero antes de poder dar un paso, Carlos me jala el codo y yo me safo de su agarre.-¡¡Sueltame!! ¡No te atrevas a tocarme!

- Creo que Raquel dejó muy en claro que no te quiere aquí, vete. Y si la tocas así de nuevo, eres hombre muerto.

- ¿Y este payaso quien es Raquel? ¿Es tu amante? ¿Te acostaste con este por despecho?

Y es lo último que dice antes de que Pablo le de un puñetazo en la nariz y Carlos caiga semi inconsciente en la acera.

¿Pero qué...?

- ¡Eres una zorra Raquel! - Dice Carlos levantándose del suelo. Tiene una ligera hebra de sangre en el labio.- ¿Y te atreves a juzgarme? Sí, erres una mierda en la cama y en todas partes. Eres un patético intento de mujer. Fracasada, están a punto de despedirte, no tienes buena relación con tus padres y lo único estable que tenías, lo perdiste por que eres frígida. Y apuesto que él tampoco te pudo dar un orgasmo. Eres nada Raquel.

Acaba de inyectar todo su veneno cual serpiente. Hasta la última gota. Y debo decir que ha ingresado a mi torrente sanguíneo de manera efectiva. Me siento enormemente herida. ¿Como me pude enamorar de alguien así?

Y en menos de un parpadeo, termina de nuevo en la acera, pero ahora inconsciente. Volteo a ver a Pablo y sus ojos están desorbitados por el coraje y tiene las venas del cuello saltadas.

Creo que le pegará de nuevo y lo agarro antes de que suelte una patada.

- ¡Tranquilo!- tiene la vista clavada en el gusano en el suelo y le tomo la cara con ambas manos para que me vea.- Por favor... no vale la pena, mejor llévame a mi departamento

Prácticamente lo arrastro y caminamos hasta la entrada del edificio, pero sigue tenso, su mandíbula tiene los dientes apretados. Lo arrastro conmigo hasta el cuarto piso. Hace tres malditos meses que alguien lo descompuso y no lo han arreglado.

En el tercer piso, es cuando tengo el placer de escucharlo de nuevo.

- Sabes que no eres nada de eso, ¿verdad?

No le contesto. Y por más que me mienta a mí misma, Carlos tiene razón.

Llegamos a mi puerta y sigo sin decirle nada. Saco las llaves y abro, pero antes de poder decirle " Gracias por todo, por favor, no digas de esto a mi jefe por que si no ahora sí que me despide" , Entra junto conmigo, cierra la puerta detrás de nosotros y me empotra a la pared. Toma mi cara en sus manos y me mira intensamente.

- Dime, por favor que no creíste ni una sola de las cosas que te dijo.

- Yo...

- ¡No!- dice enérgicamente y pega un puñetazo en la pared que me hace brincar.- Para empezar, yo te pedí en el proyecto. No vas a perder tu trabajo. Eres insolente, sí, pero eso forma parte de tu personalidad que enamora a quien te conoce. No sé nada de tus padres, pero se que todos tenemos problemas alguna vez con ellos. Y cómo ultimo punto: Tu. No. Eres. Frígida.

...

- Y en este momento te lo voy a demostrar.

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- Te gusta? 
- sí... por favor no pares

Mueve las caderas en circulo y me deshago.

- Así... así, dámelo. Sienteme. 
- ¡Pablo!- Grito mientras le entierro las uñas en la espalda y el orgasmo más abrazador que haya tenido en mucho tiempo me toma por sorpresa.  Después de otras tres embestidas más, se viene con un rugido.

Abro los ojos para encontrar sus ojos en los míos. Me besa los labios despacio y suspiro al momento que sale el nada pequeño Pablo. ¿ Sabes que es lo gracioso? que estamos en la entrada de mi departamento. Tengo puesto aun el vestido, por que solo lo arremangó hasta mis caderas y él solo se bajó los pantalones. Fue rápido y sin tanto previo.

¿Por qué con él si llegué? sencillo: No era cuestión de tardar dos horas en estímulos, es cuestión de excitar. Me hizo sentir hermosa, sexy, deseada; no una muñeca inflable.

Estoy en el cielo. Y caigo a la realidad cuando reviso el reloj en la pared: ocho y treinta. 

La DecoradoraWhere stories live. Discover now