Capítulo 16

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Como todos saben, el sistema Judicial Mexicano, no es de lo más efectivo, pero Pablo ya tenía antecedentes, una demanda por violación y otra por acoso sexual. Que mierda.  Así que no fue problema mayor para mi nada feo abogado Santiago, hacer que se girara una orden de aprensión en contra de ese maldito imbécil y la policía lo detuviera ,  lo encontraran follando con su secretaria en su despacho.

Con una orden de cateo por delito de trata de blancas y delitos cibernéticos o algo así, recuperamos los Videos, la verdad que mi abogado Santiago, los tiene puestos Todo eso pasó ayer. Fue rápido.

Solo Estefania se enteró de todo. Me regañó, pero también me consoló y apoyó. Estefania, me presentó a ese abogado, amigo de mi cuñado, que la verdad es un hombre muy guapo. De hecho, se parece a Joel, como que tienen el mismo estilo.

Hoy, ya más tranquila por todo. me estoy tratando de arreglar para la boda, por que la misa es hoy a las dos de la tarde.

- Entonces vas a ir sola...

- Sip.

- Raquel... deberías tener un amigo gay que te ayudara o algo así.

- Estefania, tienes razón. - digo mientras pongo el resto de mi labial rojo.- Lástima que mis amigas y amigos estén en el extranjero... ¿bien? ¿como me veo?- Doy la vuelta y ella hace un ademán para que de una media vuelta.

- Perfecta. ¿Entonces? ¿Crees que no necesitas de alguien? Por que yo conozco a un abogado soltero y muy sexy que te puede llevar hasta allá y de paso acompañarte.

- No creo. El drama de los hombres lo quiero extremadamente lejos de mi, gracias.

- ¿No llamó?

- No.  Lo que mas me duele es que sabe de lo que ha pasado con ese pendejo. Según las del ministerio, ahí en casa de Pablo, hay pruebas suficientes para condenarlo por otro delito. Y algo oí de los Zamarripa.

- Eso es serio. - se queda callada unos minutos y dice.- Entonces Joel no te merece, por que ese cabrón pudo haber hecho otra cosa y él no te ayudó o te advirtió. Raquel, ya no merece que le llores, ve hasta que estupidez hiciste por soledad y luego lo que pasó por amarlo. Sí él no te llama, hermana, creeme que el único que se pierde de algo bueno, es él.

Lo medito bien, y Fany tiene razón. ¿a quien le guardas luto Raquel? De pronto el sonido de la

puerta me distrae de esos pensamientos, y mientras Fany va a abrir, yo tomo lo necesario para salir de casa e ir a esa maldita boda.

Cuando salgo, veo a mi ya odiada hermana y a Santiago, quien trae puesto un smoking negro. Es guapísimo, pero en mi lívido, mente y corazón, solo hay espacio para Joel. Estoy jodida.

- Mira quien vino por ti...- dice mi hermana con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

- Hola... te ves muy guapa.- Dice el otro con confianza. Debo de decir que ese hombre tiene actitud. Mucha.

Le lanzo una sonrisa y le digo con tranquilidad:- Hola, tu también te ves muy guapo. ¿ me permites cinco minutos con mi hermana? - sin esperar a que asienta le doy las gracias y arrastro a Fany a mi recámara.- ¿me haces el favor de decirme qué hace Santiago en mi casa y vestido así? - No espero a que me responda y le vuelvo a reclamar.- Es increíble Fany, bien sabes que voy por compromiso, no por gusto, que no me siento bien y como la mierda que estoy segura que no quiero a un hombre a mi lado... pero no le voy a hacer la grosería y voy a dejar que me acompañe. - Fany me mira tranquila y luego de un suspiro, me abraza.

- yo solo quiero que estés bien, a demás no te pido que seas su novia, solo que lo conozcas y sean amigos. A demás así estoy mas tranquila , no quiero que te pase algo.

Suspiro en señal de rendición y le hago saber que no hay problema, entiendo que se preocupe y viéndolo bien, tiene razón, yo no debería estar sola. Al salir de la casa, con Santiago, nos ponemos en camino a la fiesta en una platica de la novia y como es que llegué a ser madrina.

Cuando llegamos a la iglesia, me quedo en la parte de afuera junto con Santiago, quien aún se encuentra un poco tímido por que no somos muy cercanos. Al ver que el auto de los novios se aproxima, me pongo un poco nerviosa.

- ¿Estoy bien? ¿digo, me veo bien?

- Muy guapa Raquel, el rojo es tu color.

- Gracias, tu también te ves guapo. Pero tu corbata esta algo chueca, dejame arreglarla- me pongo a trabajar en ello, para sentir sus ojos en mi cara, lo volteo a ver, y el me mira con una intensidad fuerte, pero no tan grande es el efecto que hace en mi. En cambio, siento otra mirada, que me hace desviar la mía.

Joel, acompañado de la mano de una rubia hermosa, me está viendo con cara de pocos amigos desde el otro extremo de la puerta... que está a dos escasos metros de donde me encuentro. M-i-e-r-d-a. 

La DecoradoraOnde histórias criam vida. Descubra agora