Capítulo 6

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A las cinco de la tarde salgo corriendo de la oficina, para ir corriendo hasta mi casa. Y cuando digo corriendo, es por que mi auto sigue en casa de Pablo, lo que me pone furiosa. En fin.

Six- flags. ¿Somos todavía adolescentes? 

De todas maneras, me pongo unos jeans, una blusa medio holgada y unos zapatos de piso.  Me agarro el pelo en una cola y ya.

Milagrosamente, llego al lugar unos cinco minutos antes. La entrada es un poco vacía y me siento en una pequeña barda que esta a la derecha de la entrada principal. Espero. Espero. Sigo esperando.

Seis diez. Tomo mi bolso y cuando me dispongo a irme, un tipo vestido de payaso me toma. del brazo.

- ¡Oyeme imbécil! ¿que te pasa?

- Yo solo la llevo...

¿A la muerte? ¿Me va a robar? ¿Es un secuestro? ¿Me lleva a ser descuartizada?

-... con su pareja. Esta es la primera parte de su cita.

Ah...

El señor payaso me escolta hasta una estructura metálica, que parece ser una montaña rusa. Genial. Ya estoy nerviosa y sudando, ¡odio las putas alturas!

Al final de la linea vacía, en sonde se supone que se hace la fila, está ahí. Hermosamente arreglado, unos vaqueros ajustados, una camisa a cuadros y tenis; el cabello castaño un poco despeinado por el aire, ah, y una margarita en la mano.

Sonrío, no lo puedo evitar. Avanzo pausada y tranquilamente, aunque no estoy sintiendo nada de eso en mi interior; en donde me haga subir a esa maquina infernal, le doy una patada en los huevos. El desgraciado ya me debe una por la bromita del pinche payaso. Sí, me dan miedo.

Cuando llego a su encuentro, me da un beso en la mejilla y me toma de la mano.

- ¿Que pasó con la cena , el desayuno o el café? - le pregunto  a Joel, quien tiene una sonrisa en su guapísimo rostro. Este tipo es perfecto.

- Ese no es mi estilo. Soy menos convencional.

- Pues ya está. Una rara y un raro.

- Combinación perfecta. Ven, te voy a enseñar algo que te va a encantar. La segunda parte de la cita.

Me lleva a través de una estructura metálica iluminada por muchas luces de colores, y al final hay una pequeña carpa. Todo está en el medio de la montaña rusa, madre santa.

- ¡El ruido es muy fuerte!- Me da unos audífonos de diadema con un micrófono.- Pontelos y así me vas a escuchar bien.

Pinche loco. ¿Por qué no me lleva a un puto restaurante?

- Sé que tal vez prefieres una convencional cena en un restaurante tranquilo, pero te aseguro que nunca te vas a olvidar de esto, sea bueno o malo, no te olvidarás que yo fui el único que te trajo a una cena en el medio de una monta rusa.

<<...>>

- Ven, vamos.

Me toma de la mano y entramos a la carpa. En el medio, hay una mesa con una vela y platos cubiertos por charolas de plata, dos copas de cristal y, al costado, una de esas cosas para enfriar el vino con una botella en el interior.

- Esto es hermoso.- lo digo de verdad- nadie había hecho esto antes...- murmuro un tanto fascinada.

No miento cuando lo digo, nadie se había tomado el tiempo de organizar algo tan grande solo por mi. Tampoco es que creyera que alguien. no lo haría, solo que no me creí tan especial como para que un hombre hiciera algo así por mí.

- ¿Te gusta?

- Me encanta. - y sí, por primera vez, me he quedado sin habla.

- ¡Que bien! entonces, madame, haga los honores y tome asiento - dice jalando la silla para que me siente. ¡Tan lindo!

La cena ocurre en un santiamén. La verdad es que en mi vida había comido un pescado tan rico como ese y menos con un vino blanco tan ligero y sabroso.

Platicamos de todo, el es hijo único, pero tiene muchos primos; vive solo y está buscando independencia. Algo un poco raro en un hombre de 29 años.

- ¿Dime como es posible que a tus casi 30 apenas estas tratando de independizarte?

- Mi padre es arquitecto, y yo... bueno, me gusta mi carrera, pero mi papá pensaba que era gay. Por eso desempeñe como arquitecto mucho tiempo, hasta que en harté y decidí mudarme de ciudad, empezaría de nuevo y me haría un nombre por mi mismo, como lo que soy, un diseñador de interiores.

- Amén. ¿Por qué esperarse hasta los treinta? digo, yo mandé a mi madre derecho a su casa desde hace mucho; la amo, no en mal interpretes, pero en mi vida yo decido que hacer, y en ese momento, mi libertad pudo mucho más.

- Para mi fue complicado. Estaba con muchas responsabilidades, mi padre había enfermado, mamá estaba preocupada y... bueno...

- ¿ Qué?

- Estuve comprometido con alguien por años. Carolina es la hija de unos amigos de mis padres, y pues... el día en el que ya no quise seguir, me dejó.

Auch. Por lo menos no la encontró follando con otro.

- ¿ Y tú? ¿cuál es tu historia?

- ¿ Eh? - digo con medio bocado en la boca, trago lo que tengo dentro y muy tranquila, le digo - Bueno, pues hace apenas una semana tenia novio, pero terminamos por que lo encontré follandose a una rubia de tetas grandes.- tomo otro bocado del pescado y oigo cómo se atraganta con el vino al escuchar mi última oración.

- Bueno... ehh... ¿lo siento...?

- ¡ Oh! no lo sientas, me quité un peso de encima, el tipo es un soso en la cama, se atrevió a decirme frígida; pero debo aclarar que no lo soy, el es un puto asco.

Dios, ¿por que estoy hablando de más? ¿Cuanto  vino me he tomado?

- Ya no me des más vino... - le digo un poco consiente de las estupideces que estoy diciendo- mejor llevame  casa.

Sonríe y le devuelvo el cumplido.

- Eres graciosa cuando estas borracha. - jala mi silla y todo me da vueltas, sí, estoy borracha- vamos, tienes que trabajar mañana y no quiero que me culpes de ser la causa de tu resaca.

- Eres muy guapo. - le digo cuando me lleva en brazos- ¿sabes? te veo el trasero cada que tengo la oportunidad y me gusta tu traje azúl, ese que te marca el culo perfectamente...

- ¿Gracias? anda, sube al coche, te llevaré a tu casa, pero quiero que estés despierta para que me puedas decir por donde. - me siento en el asiento del pasajero de su sedan color  plata, me acomodo, pero por ver su culo pasear por enfrente del coche, no veo ni por donde queda el cinturón de seguridad, así que me peleo con el coche para encontrarlo.

- ¿Qué haces?

- El puto cinturón... no lo encuentro- digo volteando hacia abajo y a todos lados.

- Permiteme...- dice rodeandome. Huele divino, y me embobo con su cercanía. De pronto su rostro y el mío quedan muy cerca uno del otro y por cinco segundos creo que me besará...- Hoy no. Quiero que recuerdes que te besé.- Me pone el cinturón y  arranca el coche.

Le digo por donde queda mi departamento, y, en menos de diez minutos, ya estoy en la entrada. Me acompaña hasta mi departamento y nos quedamos viendo por tan solo unos segundos.

- Espero que te hayas pasado esta cita muy bien...

- Fue perfecta. Todo fue perfecto, tú lo eres. ¿ Por qué no fuiste tú quien me encontrara borracha la otra noche y después me follara? Tu me mandas flore y el me ignora poniendome a su puta secretaria... sabes? no puedo ser mas tonta. Me van a correr por que me acosté con mi único cliente. 

La DecoradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora