Capitulo 11

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Cuando llegó la noche, me preparé mis cosas, en las que iba incluida mi ropa de entrenar, porque en cuanto me levantará mi idea era irme ha la universidad, hacer el examen y irme a entrenar, así que tendría que madrugar muchísimo... Mía me tenía intrigado, no se que quería decirme pero en cuanto oí el motor de su coche en mi jardín salí corriendo para subir, fuera lo que fuera quería que me lo dijera cuanto antes.
-Buenas noches , Alan.
-Buenas noches Mia.
Esas fueron las únicas palabras que nos dirigimos en todo el camino en el que fuimos en el coche hasta su casa.
Tardamos veinte minutos largos en llegar, cuando llegué allí me quede mudo.. Me imaginaba que Mia tenía dinero pero no tanto para tener la casa que tenía.
El comedor era gigante, tenía dos sofás, una tele de plasma colgada de la pared, una mesa cuadrada con seis sillas y un ramo de flores metido en un jarrón en el centro y un piano, su comedor estaba decorado con infinidad de fotos de ella, estaba preciosa.
Ya no pude ver más partes de la casa ni sumirme en mis pensamientos durante mucho más porque Mia me los interrumpió.
-Bueno como has visto mal de dinero no ando... No tendría que darte explicaciones pero ya que vamos a pasar bastante tiempo juntos quiero que sepas quien soy realmente y bueno... Que es lo que quiero de ti.
Siéntate Alan.
Me senté en la silla que ella me mostró con la mano sin rechistar, quería escuchar todo lo que me dijera porque eso despejaría todas mis dudas.
-Alan, soy Mia Otegi la hija de el jefe de Hoteles Otegi, mi padre era conocido mundialmente por sus hoteles, tristemente falleció, eso lo sabrás, salió en todos los periódicos, murió de un infarto, mi hermano es el que se encarga ahora de los hoteles y yo soy accionista y le ayudo a tomar decisiones.
Heredé mucho dinero de mi padre y eso me permite llevar una vida muy lujosa, bueno... Después de explicarte quien soy realmente quiero que sepas y que tengas claras dos cosas, no vamos a salir juntos, en plan parejita cogidos de la mano, ir al cine, ir de compras... Nada de estar juntos en publico eso son para niñatos , crios y personas adultas que no saben que hasta la palabra infinito contiene un fin (in[fin]ito).
Sólo vendrás cuando yo te llame, te quedarás cuando yo quiera , el tiempo que yo quiera y estarás aquí cada vez que te necesite.
Sonó todo tan contundente que me asusto, pero me atraía y me encantaba tanto que no se como al final acabó saliendo un -SI. De mi boca.
-Muy bien Alan, ahora necesito que todo esto me lo firmes, te he preparado unos papeles que quiero que leas y que si estas de acuerdo firmes.
Mia saco una carpeta de papeles, yo me la guarde.
-Si no te molesta prefiero leerlos en mi casa tranquilamente y cuando los tenga firmados te aviso.
-Vale, pero esta noche quiero que te quedes, quiero enseñarte algo.
Yo asentí.
Mia sacó una llave de el cajón del comedor, me hizo un gesto para que la siguiera y juntos salimos fuera, al cobertizo del jardín de Mia.

Mia: Un amor imposibleWhere stories live. Discover now