Capitulo 12

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Mia abrió el cobertizo, me hizo pasar y encendió la luz.
Yo me quedé atónito me esperaba cualquier cosa, menos eso, no me esperaba lo que estaba viendo.
En las paredes colgaban esposas, látigos, vendas de los ojos, cuerdas, vibradores, bolas chinas... Había todo tipo de juguetes sexuales, en medio de la sala había una cama de matrimonio, con sabanas rojas y cojines de plumas rojos, la cama tenía unas esposas rojas en el cabezal y una venda para tapar los ojos de color rojo, como las que colgaban en las paredes.
-Bueno, este es mi pequeño secreto, desde tú punto se vista puede ser la sala del dolor, pero desde el mío es la sala del placer, se puede decir que desde el día en que lo hicimos en tú casa te hice mío solo te quería enseñar esto para que sepas lo que conlleva que yo sea tu ama y tu mi sumiso.
Me quedé alucinado, no me podía creer lo que estaba oyendo, en ese momento la chica de ojos verdes y morena que yo conocí en el gimnasio, de dulce sonrisa no estaba... Estaba la Mia que decía que quería ser mi dueña y que posiblemente me torturara en su "Sala del placer".
-Tengo que pensarlo...
-Por eso mismo te he traído aquí, esta noche la pasarás aquí conmigo, te explicaré como irán las cosas si decides ser mi sumiso y aceptar todas las condiciones que ponen en los papeles que te he dado , si aceptas firmaras eso y un contrato de confidencialidad.
-Mia...
Sin dejarme acabar me llevo a la cama roja, se empezó a quitar la ropa, me la quito a mí...
Me empezó a llenar de besos hasta que llegó hasta la goma de mis calzoncillos, que quitó con la boca, justo en ese momento , sin pensármelo dos veces pronuncie las palabras mágicas.
-Acepto, soy tuyo, harás conmigo lo que quieras, como quieras y cuando quieras, firmare todos los papeles que quieras, lo acepto todo.
Mia me miro a los ojos y me contesto.
-La verdad que no esperaba menos de ti.
Bajo la cabeza y se dedicó a chuparmela hasta que me acabe corriendo, lo que me sorprendió es que no se quito de ahí se lo dejo en la boca y se relamió los labios, tampoco pidió nada a cambio me dio un boli y los papeles para que firmara.
Por días y noches así firmaría lo que fuera, era increíble, hacía todo tan perfecto, tan bien... Las cosas con ella parecían muy fáciles o eso creía yo.

Mia: Un amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora