Capitulo 20

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Pasaron los días y yo como de costumbre sabía no iba a saber nada de Mia.
Estaba en casa, solo, Ray se había ido con su novia, estaba saliendo con Megan, la chica que había conocido, llevaban una semana exactamente los mismos días que hacía que yo no veía a Mia.
De repente empezó a sonar mi móvil en la pantalla me salía reflejado el número de Mia. Deje que sonara un rato pero al final no me pude resistir y lo cogí.
-¿Alan?
-Si, dime Mia..
-Alan, tenemos que hablar, estoy cerca de tú casa... Es algo urgente
Parecía que a través del teléfono le temblara la voz.
-Claro pásate por casa.
A los veinte minutos Mia ya esta en mi casa.
-Siéntate Mia, ¿Quieres algo? ¿Una cocacola, agua?
-No muchas gracias..
-Dime, ¿Ha pasado algo?
Mi se empezó a poner nerviosa, y agacho la cabeza, como avergonzada.
-Alan me voy a ir a vivir a Paris, solo quería que lo supieras...
-¿Qué? Desapareces nosecuantos días y ahora me dices esto... De verdad Mia lo tuyo es increíble, no me lo puedo creer, y que te vas a Paris a que? A buscar mas sumisos? A que te hagan más contratos?
-Alan, relaja joder he venido a dejártelo todo claro pero veo que con un mierdas como tú no se puede hablar, venía a decirte todo lo que sentía y todo lo que pensaba pero veo que me equivoque contigo, iba a coger y romper el contrato, iba a dejar de ser lo que era, creí en tú puta palabra, pero eres un niñato de mierda, inmaduro que cuando ve que no tiene lo que quiere se desespera.
Mia me había echo sentir una mierda todo este tiempo, un juguete y se suponía que yo tenía que hacerla sentir bien y escucharla cuando quisiera, me puso tan nervioso había callado tanto por amor, seguía enamorado de ella pero el tiempo me había echo cambiar, me hice duro, venía a reírse de mi como siempre.
-Yo seré un niñato de mierda pero tú eres una puta.
Le pegué un empujón y la eche de casa.
Cerré la puerta de un portazo apague el móvil y me tire a llorar en el sofá, no podía más había sido un tiempo callandome todo porque la amaba y la seguía amando pero no podía dejar que me siguiera tomando el pelo, igual no habían sido las mejores formas, quizás debería haberla escuchado. Me quedé dandole vueltas a lo de Mia hasta quedarme dormido y el último pensamiento que me vino fue cuando la vi por primera vez, sus ojos, su sonrisa... En ese momento me di cuenta que Mia era un amor imposible. Ahora antes de dormir cuando recordé su sonrisa y ya estaba más tranquilo pensé que quizás debería haberla dejado que me dijera lo que sentía y que quizás Mia no era un amor imposible, sino un amor difícil pero que antes o después tendría en mi vida.

FIN.

Mia: Un amor imposibleWhere stories live. Discover now