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- ¡Ese mocoso me tiene harto!— Exclamó el joven sentándose dramáticamente sobre la silla de escritorio— Lo detesto.

-¿Quién? ¿TaeHyung?— preguntó Min totalmente tendido en su cama.

- ¡Si! ¡Ese niño no tiene remedio!— negó con su cabeza.

- Hoy jugaste con su comida y la tiraste al suelo

- Lo se— respondió con obviedad— Y ya se me están acabando las ideas para que me volteé a ver, ¡He hecho de todo YoonGi!

- ¿Qué cosas?— dijo con flojera.

- le he aventado papeles en clase, le puse el pie mientras camina el lunes...mmmh...— quedó pensativo— volteé su mochila, raye sus cuadernos, arroje agua sobre su...— Fue cortado.

- ¿No sé te ocurrido dejar de ser un cretino con él?

- No, hoy iré a su casa y le arrojare huevos a su ventana, sí eso no funciona se me acabaron todas las ideas.

-Hoseok— le hablo el mayor con tono serio— deja de ser estúpido y solo pídele una cita o que pase un almuerzo contigo.

- ¿Eso es antes o después de los huevos?— preguntó, y si, hablaba en serio. Min se sentó sobre el colchón.

- En vez dé.

- Mierda— susurro, y también postró su cuerpo sobre el colchón ajeno— Lo haré a tu manera.

El mayor rodó los ojos y suspiro, de verdad que su mejor amigo era idiota.

Ambos estaban sumergidos sobre sus teléfonos, dos horas ya habían pasado y ni un pelo habían movido.
Una bella tarde de convivencia amistosa.

- YoonGi— llegó hablando la mujer a la habitación del joven— ¡YoonGi! ¡¿Porque no has limpiado tu habitación?!

- ¿Para qué? Que las visitas estén en la sala ¿Acaso quieres una cena en mi habitación?- se quejó irritado

- ¡Si!— exclamó— Quiero que empieces a limpiarlo de inmediato...¡Y tú!— le hablo al segundo joven, quién se sobre salto tanto que cayó al suelo— Has algo de provecho y ayuda a YoonGi con su desastre— ordenó la mujer.

- Pero...Yo tengo que irme— habló inseguro.

- Cállate tampoco tienes nada de provecho que hacer, ayúdame para que mi mamá no hable más— dijo esto en un tono que pensó inaudible para su progenitora, pero descubrió que no cuando sintió un zapato golpeando su cráneo.









Por otro lado, la familia de la madre del joven de cabellos negros se encontraban en el tren a la gran ciudad de Seúl, después de hacer una pequeña parada en Busan para visitar otros familiares.

- Jiminie— habló la mujer mayor.

- Dime mamá— dejo de lado su teléfono y audífonos

- No sé si pueda quedarme contigo aquí, tengo que volver a California cariño, necesito terminar la expansión del restaurante antes de querer abrir uno aquí.— Le explicó de la manera más amable posible

- Pero mamá ...— abultó sus labios, como si de un berrinche se tratara

- Tranquilo, estarás bien con tu hermana una temporada.— acarició sus cabellos— así tendrán la oportunidad de conocerse mejor, aparte te llevarás estupendo con su hijo.

- ¿Es menor que yo?— preguntó con su mirada de perrito abandonado.

- Solo un par de años cariño—

- Supongo que estará bien...— siguió con sus labios sobresalientes y su ceño fruncido, si, parecía un bebé.

- Tu hermana ya está enterada...Te extrañare hijo— abrazo por los hombros al menor

- Pero aún no te vas mamá— se quejó y la mujer repartió pequeños besos en las mejillas de Jimin— ¡Mamá!— Chilló.

- Ay Jiminie nunca dejarás de ser mi bebé— sonrió enternecida.

Ambos dejaron de lado esa plática, aunque el menor se sentía un poco agobiado.
Nunca había convivido de forma normal con su hermana mayor, si, han hablado por vídeo llamada pero no es igual. Jamás vivieron en el mismo techo, y es que, él junto a sus padres emigraron a Estados Unidos cuando Jimin tenía solamente cinco años, dejando a sus hijas mayores en Corea, puesto que ellas ya eran grandes y una incluso ya era madre.

Así es, la dulce Sra. Park tuvo su primera hija muy joven y su último hijo ya muy grande, ni siquiera fue planeado pero si vivió lleno de amor.
Y lo mismo pasó con su hija mediana, se enamoró perdidamente de su esposo Min y decidieron casarse, un par de años después vino al mundo un pálido niño gruñón.
Y bueno, la abuela no podía reclamarle nada a su hija cuando ella misma también se enamoró y tuvo su familia algo joven.

- En cinco minutos estaremos llegando a la parada en Seul— Se oía en el portavoz del tren, la mujer chillo emocionada, su esposo despertaba de su sueño y Jimin sentía un cosquilleo, tal vez esta nervioso.

Por otro lado, YoonGi está recibiendo golpes de la pantufla de su madre cuando lo volvió a encontrar dormido en el suelo.

Que se le va a hacer.
















Cortito por qué si
¿ Les está gustando? Jeje
Bai.💖

01. Lo Prohibido |YM|Where stories live. Discover now