01. Lo Prohibido |YM|

- 11 -

Un jadeo salió por los labios de Jimin al sentir su belfo encarcelado sensualmente por Min.

YoonGi sonrió orgulloso al provocar tal expresión, al mocoso le gustaba lo prohibido.

- Esto no está bien YoonGi— Dijo el mayor una vez sus labios fueron liberados.

- ¿Y?— El pálido quitó los cabellos rebeldes que llegaban a cubrir los grandes ojos del otro— ¿Me vas a decir que no querías? ¿Crees que no te pillé viéndome en varías ocasiones?

Jimin pasó pesado, había sido genuinamente descubrierto.
Él había jurado ser discreto cuando por accidente vió el plano, pero ligeramente marcado, abdomen de su familiar.
O cuando tomaron aquél baño juntos y el tuvo que volver a tomar uno nuevo con agua fría debido al cosquilleo en su vientre bajo.

- No-No es cierto— tartamudeo nervioso. YoonGi se coló entre sus piernas, en cunclillas se acercó peligrosamente a él.

- Seamos directos y dejémonos de estupideces— delineó con su delgado dedo los esponjoso labios ajenos. — Tú me traes ganas y yo también.

- ¿Eh?— sus mejillas se colorearon de un rojo intenso

YoonGi rodeó los ojos y nuevamente le besó, pero en cambio, este tacto no era como el anterior, si no, más pasional.

- ¡No! Está mal— sentenció abrumado y se quitó de encima al chico.
Se levantó del suelo y caminó a un costado de la cama.

YoonGi también se puso de pie pero a comparación, el se recostó sobre el colchón posando su espalda en el respaldo.

- Jimin-ah ven acá— demandó el pálido, pero no obtuvo respuesta alguna.

El nombrado estaba con la mirada perdida y apretando sus manitos en puños.
Min le vió extrañado y comenzó a detallarle hasta que se percató de algo.

Oh vaya, el mocoso tiene una erección
¿Quien lo diría?
Sucio.

Jaló a su mayor y le obligó a recostarse en su regazo, con ambas piernas a sus costados.

- ¿Me niegas que no quieres nada cuando tienes tremenda erección? ¿Eh mocoso?— Preguntó divertido viendo sus mejillas arder.

- N-No significa n-nada— le contesto apenado.

- Jimin no te voy a demandar si me besas—

Éste le vió de manera seria por unos segundos, sus labios se sentían vibrar por el deseo desenfrenado de volver a probar los labios ajenos.

¿Valía la pena?

A la mierda, la valía totalmente.

- ¿Dónde estás tus padres?— preguntó YoonGi al momento de posar sus manos en la cintura de Jimin.

- Fueron...a una cabaña en l-las afueras— Jadeó antes el suave tacto, las manos contrarias se escabulleron por debajo de su camiseta hasta llegar a sus botones.

Min con su pulgar comenzó a estimular el del lado derecho y Jimin bajo la mirada avergonzado.

- ¿Y los míos?— preguntó de nuevo, sin embargo, su voz sonó más rasposa.
Cualquiera moriría al escuchar ese timbre.

- T-Tambien...— dijo con su voz cortada, de sus encendidos labios salían silenciosos jadeos.

YoonGi duro un rato más estimulandole, pero su única vista era la cabeza del más bajo y sus cabellos caer ocultando su rostro.
Se inclinó hacia un lado para poder verle y casi celebra victorioso ante la situacion que se encontró.