Capítulo Tres

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El paisaje cambió rápidamente una vez que cruzamos hacia Canadá, y ahora estoy viendo a través de la ventanilla kilómetros de colinas cubiertas de bosque. Mi madre me explica que es algo llamado bosque boreal. Últimamente, desde que empezamos a movernos más a menudo de un lado para otro, ha desarrollado el hábito de investigar en profundidad sobre cada lugar nuevo en el que vivimos. Ella afirma que saber en qué sitios quiere comer y las cosas que quiere hacer cuando lleguemos le da la sensación de estar de vacaciones. Yo creo que le hace sentir como si estuviera en casa.

Mi madre ha dejado salir a Frosty de su trasportín y él se ha encaramado a su hombro y le ha enroscado el rabo alrededor de su cuello. El no me hecha una mirada. Es mitad siamés y tiene el rasgo de esa raza de elegir una persona para adorarla y decirle jodanse al resto. No es que me importe. Me gusta cuando el sisea y me golpea, y para lo unico que es bueno es que ocasionalmente vea fantasmas antes que yo.

Mi madre está mirando las nubes, taradeando algovque no es una cancion real. Ella lleva la misma sonrisa que su gato.

"¿Porque el buen humor?" Pregunto. "¿Tu trasero no esta dormido?"

"Ha estado dormido por horas," ella responde. "Pero creo que me va a gustar Thunder Bay. Y por el aspecto de estas nubes voy a poder disfrutarlo por bastante tiempo".

Levanto la mirada. Las nubes son enormes y perfectamente blancas. Se quedan quietas en el cielo mientras conducimos hacia ellas. Observo sin parpadear hasta que mis ojos se secan. No se mueven ni cambian de alguna manera.

"Conduciendo hacia nubes inmóviles ", susurra "Las cosas tardarán más de lo que esperabas".

Quiero decirle que está siendo supersticiosa, que las nubes que no se mueven no significan nada, y ademas, si las miras lo suficiente, tienen que moverse, pero eso me convertiría en un hipócrita, este  tipo que le permite limpiar su cuchillo en sal bajo la luz de la luna. 

Las nubes estancadas me marean por algún motivo, asi que vuelvo a mirar el bosque, una manta de pinos de colores verdes, marrón y óxido, atravesados  por troncos de abedul que sobresalen como huesos. Normalmente estoy de mejor humor en estos viajes. La emocion de un lugar nuevo, un nuevo fantasma para cazar, cosas nuevas que ver ... las perspectivas suelen mantener mi cerebro soleado durante al menos  todo el viaje. Quizás es solo que estoy cansado. No duermo mucho, y cuando lo hago, generalmente hay algún tipo de pesadilla involucrada. Pero no me estoy quejando. Los he tenido de forma intermitente desde que comenzé a usar el Athame. Riesgo laboral, supongo, mi subconsciente deja escapar todo el miedo que deberia sentir cuando entro en lugares donde hay fantasmas asesinos.  Aún así, deberia intentar descansar un poco. Los sueños son especialmente malos la noche después de una caza exitosa, y no se han calmado realmente desde que saqué al autopista.

Más o menos una hora después, después de muchos intentos de dormir, aparece  Thunder Bay en nuestro parabrisas, una ciudad en expasión, urbana y de más de cien mil habitantes. Conducimos a través de los distritos comercial y de negocios y no estoy impresionado. Walmart es un lugar conveniente para la respiración, pero nunca he visto a un fantasma comparar los precios del aceite de motor o tratar de meterse en el maletín de Xbox 360. Es solo cuando entramos en el corazón de la ciudad, -la parte más antigua de la ciudad  que descansa sobre el puerto-, que veo lo que estoy buscando.

Enclavadas entre casas familiares remodeladas, hay casas recortadas en malos ángulos, sus capas de pintura descascaradas en costras y sus persianas colgando torcidas en sus ventanas para que parezcan ojos heridos. Apenas noto las mejores casas. Parpadeo cuando pasamos y se han ido, aburrido e intrascendente.

En el transcurso de mi vida he estado en muchos lugares. Lugares sombreados donde las cosas han ido mal. Lugares siniestros donde las cosas todavían están. Siempre odio  las ciudades iluminadas por el sol, llenas de construcciones de nuevas casas con garajes para dos autos en tonos de cáscara de huevo pálido, rodeadas de césped verde y salpicadas de niños que se ríen. Esos pueblos no están menos obsesionados que los demás. Simplemente son mejores mentirosos. Me gusta más llegar a un lugar como este, donde el aroma de la muerte te llega a cada séptimo aliento.

Elsa Vestida de Sangre (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora