El es MÍO

Un dia tipico; Luna.

Un año antes

POV Luna

-quiero que los paquetes lleguen bien a las distintas instalaciones, porque es su responsabilidad y a mi no me gusta la incompetencia-Hable para que todo el equipo escuchara-¿entendieron?-grite ya que ninguno contestó.

Se escuchó un sí unánime.

-bueno ahora a trabajar-dije por última despidiendo la junta, y llenado fuera de la sala.

Camine hacia la última ala de la bodega, hasta la sala de interrogatorios donde se encuentran Tyler y otros de mis hombre "cuidando" a dos traidores quienes revelaron la ubicación de una de mis bodegas a un grupo contrario lo que ocasiono múltiples pérdidas, aunque era solo una pequeña mafia que buscaba entrar en nuestro territorio tomando nuestro plantel, pero lo importante es que logramos controlar la situación y encontrar a las personas responsables, sobra decir que esa mafia ya no existe y ahora hay que tomar medidas contra los traidores.

Cuando entre a la sala la imagen fue un poco sangrienta pero ya me he acostumbrado a eso.

Los dos hombres tienen amarradas ambas manos a una cadena que cuelga del techo, haciendo así que solo la pinta de sus pies toquen el suelo, también se muestran visiblemente golpeados y se notan grandes líneas en su pecho y espalda que probablemente se hicieron con un cuchillo o navaja.

Al estar en esta posición todo su peso está sostenido por sus brazos y como sus pies no tocan el suelo se ejerce demasiada tensión en ellos, por lo tanto en este momento tienen que estar sintiendo como si sus brazos se despegaran de sus cuerpo.

Saludo a Tyler con la cabeza.

-¿están tratando bien a nuestros queridos invitados?-pregunte cínica y por qué no decirlo con una mirada un poco sadÍca.

-claro que si jefa, o no muchachos- responde Ty y a continuación le da un golpe a uno en las costillas logrando que este suelte un grito y se retuerza intentando soltarse, lo cual obviamente no logra.

-je-jefa perdónenos por favor-Rogó uno de ellos-tenga piedad -siguió.

-no no estábamos pensando bi-bien, lo sentimos-le siguió el otro llorando.

Odio que roguén, por lo menos que tengan los huevos para aguantar las consecuencias.

Para que ruegan si ya saben que morirán.

-la piedad no es una palabra de mi vocabulario, ustedes sabían lo que les pasaría si los atrapaba cometiendo traición, y no les importó y ahora a mi no me importan sus súplicas-les dije sonriendo.

¿Esta mal decir que disfruto esto?

Su llanto se intensificó al yo terminar de hablar y la verdad ya me estaban cansando.

No me gustan los llorones y cobardes.

-¿cual de ustedes tuvo la idea de traicionarnos?, ¿cuanto les ofrecieron?... porque lloran más fuerte, ustedes en verdad creen que eso detendrá algo de lo que les pasará, dejen de llorar y compórtense como hombres- sonreí.

Me acerque a uno.

-vamos responde- les dije con tono fuerte.

-señorita lo siento, él fue el que me convenció, yo no quería traicionarla-dijo el más joven con evidente desespero.

-ah! Entonces te puso una pistola en la cabeza, y también te obligo a aceptar el dinero y comprarte esa linda casa en Alemania-le acusé, el de mostró sorprendido al que sepa de esa casa, el intento refutar pero lo calle -¿cuanto les pagaron?, ¿cuánto vale traicionarme?-les grite.