My Dignity has died for you (#1.5 Odio a los chicos)

Capítulo 14

Evanna:

—Papá...

Puedo sentir el terror expandiéndose y mi corazón se acelera con miedo, aprieto las manos en la madera de la puerta, buscando la mejor forma de cerrarla sin que el pierda el control.

—¿Qué haces..?

—¿Aquí?:—Completa por mí con una sonrisa.—Salí hace una semana..

No puede ser..

—Por buena conducta.—Continua.—Quise esperar un poco para venir a verte..

Mis labios se separan.

—Sé que tuvimos malos entendidos antes, hija.. pero quisiera que me dieras una oportunidad.

Los ojos se me llenan de lágrimas.

—Deja la casa de tus tíos y ven a vivir conmigo... como en los viejos tiempos ¿Qué te parece la idea?

No sé ni que decir.

—Evanna.—Insiste al no escuchar mi respuesta, su tono de voz crece.

—Tío David está a punto de llegar.

—Oh.. ¿No está en casa?

¡Idiota!

Mis labios tiemblan y papá se acerca un paso queriendo entrar a la casa, trato de impedírselo y mi cuerpo se encoje cuando veo sus ojos.

Todo vuelve a mí, el miedo y el terror.

—Papá...

Algo pasa.

Y rápido, no sé de donde sale Mathew Vance, que se pone delante de mí, impidiéndole el paso a papá, quien lo observa confundido.

—Mathew..

Él se gira a observarme-

—¿Quién eres tú?.—Le suelta papá.

—Olvidaste el trabajo, niña distraída.—Responde él.

Mis ojos se abren y no los quito de él.

—Necesito que te lo lleves, ahora.

Sus ojos me miran profundo, Mathew me pide que salga de la casa y con tal de no seguir aquí, hago caso a sus órdenes, cierro la puerta detrás de él y me toma del brazo hasta llevarme a su coche, por detrás escucho como papá me dice que volverá después de gritar repetidas veces mi nombre para detenerme.

Hay silencio dentro del coche hasta que nos alejamos unas calles y yo veo por el retrovisor a papá aun parado a unos metros, cuando desaparece de mi campo visual, me regreso hacia Mathew.

—¿Qué haces aquí?

—Estoy conduciendo.—Me recuerda.—No me distraigas, Eva.

Paso la saliva e ignoro ese pedido.

—¿A dónde vamos?

Esta vez en lugar de contestarme mal, responde.—A que recojas el trabajo.

—¿A tú casa?

El no responde, aunque es muy obvio que sí, entonces cambio mi pregunta.

—¿Cómo llegaste tan rápido?

Sin mirarme, responde.—Pase por aquí.

¿Por aquí'

—¿Cuándo te llame..?

Oh..

—Pasaba por aquí.—Trata de asegurarme de nuevo.

¿Había venido a buscarme?