Capítulo 34

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Mathew:

Despierto a mitad de la noche con ganas de fumar un cigarrillo.

Me quedo unos minutos con la mirada en el techo mientras mis ojos se aclaran y así no tenga el maldito problema de chocar con algo a la hora de salir de la habitación, escucho la respiración de Evanna, esta diferente a lo que ya de mala gana he tenido que acostumbrarme, es mucho más fuerte y al girarme a verla descubro que es su mismo descuido el que probablemente la despierte mañana con una fiebre de 40.

Las sabanas están por debajo de su cintura, dando una amplia imagen de su cuerpo desnudo, estamos en invierno.

Tan descuidada como siempre.

No hago más que cubrirle con las sabanas y bajar un par de colchas con el fin de que no atrape una asquerosa enfermedad, eso llevaría a que nuestras noches y tardes de sexo lleguen a su fin y de ninguna manera pienso perderlas por culpa de su descuido, el catarro y los asquerosos mocos.

La observo por unos minutos y como si mi boca no pudiera resistor mal, salgo de la habitación sé que aunque no se sincere en esos aspectos, ella odia que fume, tampoco es como si voy a cambiar mis hábitos por ella, pero puedo rebajarme a hacer esto.

No me pongo más que una camiseta y los boxers, llego a la cocina y busco un encendedor, luego de beber un vaso lleno de agua que refresque mi seca garganta, enciendo el cigarrillo y me quedo en silencio.

Observo por un momento la habitación donde me espera Evanna y sonrio bajando la mirada.

Vaya mierda en que se ha convertido mi vida..

Ni siquiera entiendo cuándo, ni como pasó esto, pero estoy hundido hasta el cuello y por más que busque, no veo forma de salir.

Y no quiero hacerlo.

¿Cuándo dejo de parecerme horrible su perfume barato?

¿Cuándo deje de tener sexo con una chica para solo dormir con ella?

Mierda...

¿Cuándo Evanna Moore para mí se volvió...?

—Mathew..

Bajo el cigarrillo de mis labios y me giro hacia ella, es un maldito fantasma, ni siquiera la oí.

—¿Desde cuando estas despierta?

Lleva solo su camiseta y tengo una amplia vista por delante de sus largas piernas y por detrás de sus muslos y su trasero.

No lleva bragas.

—Desde que dejaste la habitación.—Me responde y se sirve un vaso de agua.—Tenia sed.

Lo bebe y se acerca a mí, su mirada no tarda en viajar al cigarrillo, sin embargo eso no le impide acercarse a mí.

—Necesitaba un cigarrillo.

Antes de que intente arrebatármelo, se lo impido.

—Ya te dije estas lejos de ser una chica mala.

Ella si es terca.

Sus ojos verdes me observan.

—Si quieres fumar hazlo, no tienes que salir de la habitación por mí.

No puedo evitar estar sorprendido.

¿A qué viene ese lastimoso comportamiento?

—No tienes que dejar de hacer lo que te gusta por mi culpa...yo no intento..

Cada palabra me deja más sorprendido.

—No quiero que tú...

—No salí por ti, necesitaba estar solo.—Respondo, aunque sea una completa mentira.

My Dignity has died for you (#1.5 Odio a los chicos)Where stories live. Discover now