My Dignity has died for you (#1.5 Odio a los chicos)

Capítulo 25

Evanna:

—No.—Es la primera palabra que sale de mis labios después de escuchar todo que mi prima Abril tenía que decir.—No es cierto.

Sus ojos lucen decepcionados.

—Lo que dices es una acusación muy grave, Abril.

—Es la verdad.—Insisto.—Y menos yo desearía que fuera mentira, pero Mathew intento destruir mi relación con Sawyer, a tal punto que...

—Quiso abusar de ti.

Abril cierra la boca.

—No puedo creer eso.

—Evanna..

—Es un chico frió y las personas pueden tenerle miedo, pero él jamás. No.—Niego con la cabeza.—Es mentira y en todo caso, es culpa de Sawyer por dejarte a solas con él.

Abril baja la cabeza.

—Eso fue hace mucho, él estaba enojado, pensó que yo le había engañado con su mejor amigo y se le ocurrió ese estúpido juego de "Intercambio de parejas", pero no estamos hablando de eso, Mathew...

—Claro que estamos hablando de eso.—La detengo.—¿Cómo.. ?¿Cómo pudiste casarte con alguien así?

Abril abre los ojos sorprendida.

—Éramos adolecentes.

—Mathew también lo era y no creo que fuera enserio.. ¿O te forzó?

Sus labios se separan.

—Tal vez solo quería asustarte.

—Y lo logro y hubiera logrado más si, Andrew Lincon no me hubiera salvado.

—¿Y dónde estaba Sawyer?

Me observa sorprendida.

—No es justo, Evanna.

—Yo.. No puedo creerlo... no creo que él..

—Deja de defenderlo, Evanna...—Me interrumpe.—Acepta lo que es, Mathew Vance es una persona horrible que intento separarme de Sawyer sin importar el costo, se la pasó toda la secundaria lastimándome y diciendo que una chica como yo soy poca cosa para él, que juzgo a las personas por su género, solo porque yo...

—¿Y odiar a los hombres no te hace juzgar a las personas por su género?

Los ojos dolidos de Abril no tardan en notarse.

—Porque odiar a alguien solo porque es un chico y no una chica, es juzgar por el género.—Sigo.—¿No has pensado en eso, Abril?

Ella traga despacio.—Ya no soy esa clase de chica.

Asiento.—Tal vez Mathew Vance ya no es esa clase de chico.

Me da una mirada triste.

—No me ha demostrado que es así.

—Evanna...

—No puedo creerte a ti.

Me pongo de pie cuando Sawyer aparece en la puerta cambiado y con el cabello alborotado por secarse con la toalla.

—¿Y qué hay de mí?

No respondo.

—¿Puedes creerme a mí, Evanna?

Es mentira.

Tiene que ser mentira.