✾Capítulo 12: Ojos llenos de lujuria.

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Despierto gracias a los susurros de Jacobo en mi oído, aunque las palabras se deslizan por mi mente sin realmente entenderlas. La oscuridad de la noche envuelve el lugar y me doy cuenta de que no reconozco el lugar al que hemos llegado. Frente a nosotros se erige una hermosa mansión de tres pisos, con un exuberante jardín y un garaje. La casa está apartada de cualquier vecindario, al final de un camino que parece conducir hacia un bosque cercano. Parece que a Jacobo le gusta la idea de tener bosques cerca para escapar de la policía.

—Toma la llave, ve entrando mientras llevo el equipaje —me indica Jacobo, pero yo me quedo allí, absorta en la vista.

Si claro, Como una pareja normal, me recuerdo a mí misma.

—Yo te ayudo —digo, intentando tomar una maleta, pero Jacobo la quita rápidamente de mis manos.

—Te dije que abras. Ve a descansar —me dice, tomándome el rostro y señalando la casa con su mentón.

Abro la puerta, aunque de mala gana, y me sorprendo al ver lo hermoso que es el interior. La casa rebosa vida, con colores vibrantes, flores y un ambiente acogedor. Mis pensamientos divagan, preguntándome de dónde saca Jacobo el dinero para este tipo de lujos. ¿Será que volveremos a caer en la misma situación que en la antigua casa? Tendré que averiguarlo, porque si es así, preferiría no seguir viviendo.

—Jacobo—Susurro mirando hacia el patio.

Él se acerca cerrando la puerta con llave, llega a donde estoy y me mira, tomando un mechón de mi cabello.

—¿Dime?—Pregunta.

—¿Por qué hiciste esto?—Pregunto con curiosidad.—¿Por que me arruinaste la vida y de paso la de muchas personas?

Lo miro.

—Porque se me dio la gana.—Responde tratando de ser amable, pero no lo es ni un poco.

—¿Eso quiere decir que si entierro un cuchillo en tu cráneo le podré contestar eso a los policías y no habrá represalias?—Pregunto quitándole la vista de encima. 

—No.—Responde seguro.—Porque estoy seguro que jamás harías algo como eso, no eres como yo. 

Bufo.

Tengo que preguntar esto que me tiene con tanta curiosidad.

Soy muy, pero muy curiosa.

Yo diría que extremadamente curiosa.

—¿De dónde obtienes tanto dinero para comprar este tipo de mansiones?

—Trabajo—Inmuta serio quitándose la camisa.

Yo miro por un segundo su abdomen pero aparto mi mirada incómoda.

—¿En qué?—Vuelvo a preguntar.

Jacobo se aparta de mi lado y se dirige a la piscina que está muy bien cuidada, se queda pensando un momento y mientras lo hace yo lo observo detalladamente, siempre trae consigo un esmoquin, siempre viste elegante, jamás lo he visto con playeras y bermudas, tal vez le gusta vestirse más como persona madura, pero ese no es el punto ahora.

—Si te cuento jamás querrás acercarte a mi y no quiero que te vuelvas a comportar como cuando estuvimos en la cabaña—Habla mientras sigue su mirada en la piscina.

¿Querrá decir cuando me secuestró?

¿Quiere que esté feliz?

Pues ahora mismo no quiero acercarme; así que si me cuenta sobre el tonto trabajo no cambiaría en nada mi comportamiento hacia él.

Me acerco y tomo con mi mano su brazo haciendo que me mire.

—Solo es curiosidad—Hablo mintiendo e intentando llegar a acariciar su cabello, pero Jacobo es tan alto que no alcanzo ni poniéndome de puntillas.

Obsesionado por ti ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora