Obsesionado por ti ©️

✾Capítulo 19: Historia de ¿amor?

Los golpes de Jacobo contra la puerta resuenan en mi cabeza, mezclándose con sus gritos llenos de desesperación. Me encuentro encerrada en el baño, abrumada por la revelación de su verdadera naturaleza. Mi mente se debate entre el amor que siento por él y el miedo que me consume al enfrentar su verdad.

El dolor latente en mi cabeza compite con la angustia que me embarga. Cierro los ojos con fuerza, buscando un respiro de calma en medio del caos. Me recuesto incómodamente en la tina vacía, deseando poder escapar de mis propios pensamientos.

(...)

Me sorprendo al despertar en la habitación. El suave resplandor de la luz de la luna se filtra por la ventana, iluminando la figura de Jacobo sentado junto al buró. Mis flores favoritas reposan junto a mí, pero su presencia no puede disipar la tensión que se cierne en el aire.

—Ana... —su voz suena cargada de angustia mientras se acerca, pero me alejo instintivamente.

Jacobo se acerca más, desesperado por explicarse, por hacerme entender su oscura realidad.

No encuentro las palabras adecuadas para expresar el torbellino de emociones que me consume. Las lágrimas brotan de mis ojos, reflejando mi confusión y dolor.

—¡Tu no entiendes! —sus palabras reverberan en la habitación, haciendo eco de su tormento—. Soy un asesino, no puedo escapar de lo que soy.

Sus confesiones me golpean con fuerza, haciéndome enfrentar una verdad que preferiría ignorar. La imagen del hombre al que amo como un ser oscuro y violento se cierne sobre mí, desgarrando mi corazón.

—Asesinas gente inocente, Jacobo —mis palabras salen entre sollozos, cargadas de acusación y dolor.

Jacobo se aparta, negando con la cabeza en un intento de justificar sus acciones.

—No son inocentes, Anastasia. Son personas que han sembrado el caos y la destrucción. No puedo permitir que sigan dañando a otros.

Su justificación resuena en mis oídos, pero no puede aliviar la carga que siento en mi corazón. Me pregunto si alguna vez podré reconciliar al hombre que amo con el asesino que debe ser.

—Aun así, no tienes derecho a quitar una vida —mi voz suena frágil, pero firme en su convicción.

Intento escapar, pero la mano de Jacobo se interpone en mi camino, deteniéndome en seco. Su mirada implora comprensión, pero mi corazón se debate entre el amor y el miedo.

—Es lo que hace tu Dios, solo que él sí se lleva personas inocentes —sus palabras me dejan sin aliento, revelando una oscuridad aún más profunda en su alma.

—No eres un Dios—Digo soltando el pomo de la puerta.

Sus argumentos me hacen dudar de todo lo que creía saber sobre él. ¿Cómo puedo reconciliar al hombre que amo con el monstruo que veo frente a mí?

—Nunca ha sido un secreto para ti lo que soy y lo que soy capaz de hacer.

—Quiero saber todo —exijo, pero Jacobo se niega con vehemencia.

—No quiero que te involucres en esto, Ana. Es demasiado peligroso.

Su negativa me frustra, pero también alimenta mi determinación. Si voy a estar con él, necesito entenderlo por completo, incluso las partes más oscuras de su ser.

—Respeto tu preocupación, pero también tengo derecho a saber la verdad —mi voz suena firme, aunque mi corazón se debate en conflicto.

—No se trata del derecho que tengas, se trata de que estoy intentando protegerte—Me sostiene de los hombros.—No puedes imaginarte el peligro que puedes correr si ellos se enteran que lo sabes.  

—Respeta mi decisión. 

Jacobo bufa.

—Te espero abajo.

—Lo haré—Me devuelvo pero antes de poder hacerlo me toma de la cintura y me atrae de nuevo hacia él.

—Solo soy bueno contigo, solo te amo a ti, solo demuestro sentimientos hacia ti, la única persona que sabe que puedo sentir eres tu, el resto me conoce como un demonio, un psicópata sin corazón y sin remordimientos, así que todo lo que te cuente tienes que verlo con ojos de lo que soy tras esta puerta, de lo que soy cuando no estoy contigo—Me dice antes de salir. 

Mientras lo veo alejarse, me enfrento a una verdad que nunca deseé conocer por completo. Jacobo puede ser mi amor y mi protector, pero también es un ser marcado por la oscuridad. Y si quiero estar a su lado, debo aceptar cada faceta de su naturaleza, incluso las que me aterrorizan.