✾Capítulo 24: Desaparecida.

7.8K 474 22
                                    

—Hola de nuevo—Se acerca hacia donde estoy tomando una lata de tomates secos—Hace mucho no nos vemos—Sigue hablando.

No respondo, sigo tomando latas de la sección de secos en el Super mercado, vine temprano para no encontrarme a nadie, y ahora, solo aparece él, su sarcasmo me tiene harta. Solo quise venir porque Jacobo no quería que dejara huellas de sangre por doquier, no tengo idea de que hará con el cuerpo de Cynara, solo sé que no quería que estuviera en casa para que él pudiera limpiar todo el desastre. Hoy desperté con más ganas de vivir, más esperanzada, con más emoción, ¿Eso sientes cuando asesinas a alguien? O ¿Soy la única junto con Jacobo que no siente remordimientos?... Solo siento ganas de hacerlo de nuevo. Siento ganas de seguir viendo como por mi culpa su vida y alma van abandonando el cuerpo.

—¿No me respondieras?—Insiste.

Yo solo paso por su lado, tomo la última lata y me dirijo a pagarla... Pero antes de llegar algo llama mi atención. En el gran televisor que se encuentra colgado de un lado de las cajas registradoras, aparece mi rostro, un cartel de "DESAPARECIDA" y una recompensa, que no se quién diablos pagará porque es de un gran monto.

—¿Eres tú?—Vuelve a preguntar la misma persona que ha estado fastidiando todo el rato.

Lo tomo del brazo y nos dirijo hacia la parte trasera, donde no hay personas.

—¡Diablos, Corban!, ¿Puedes dejar de preguntar y seguirme?—Chillé, ya me tenía harta.

Él aún me mira con curiosidad.

—La que buscan eres tú... ¿Pero que haces con Jacob? ¿Te fugaste con él? ¿Te secuestró?... Si te secuestró no deberías estar aquí comprando para la despensa, ¿Te chantajea?—No terminó de hablar cuando mi mano se posó en sus labios para evitar seguir escuchado su voz.

—¡Cállate!—Repliqué—No te interesa en nada lo que sucede aquí, el único problema es saber como rayos saldré—Solté de inmediato justo antes de quitarle mi mano de sus labios.

—Te ayudaré—Susurró—Solo si me dices que pasa con Jacobo y porqué un doctor psiquiátrico está pagando tantos dólares por ti—Terminó por decir.

—¿Un qué?—Pregunté atónita.

Esto no podía ser, no lo podía creer y no podía estar pasando, era ilógico, era loco, era extraño y más que eso... No podía ser él.

—Un doctor psiquiátrico—Replicó—¿A caso no oíste?—Volvió a preguntar.

Pues claro que no había oído, cuando vi mi fotografía quedé en shock y todo a mi alrededor ya no existía.

—¿Me ayudarás?—Decidí cambiar de tema, solo quería irme de allí.

Luego sabría que hacer con la información, no podía creer que Fernando me estuviese buscando, que aún no me olvidará. ¿Y Juan?, ¿Que había pasado con él? ¿Estaba ayudando en la búsqueda? O simplemente ¿Se habrá ido con su amante?

—Dame eso—Toma mi canasta con los alimentos—Sal apresuradamente por la puerta de atrás que está al lado del baño, entra a mi auto y me esperas ahí—Me brinda sus llaves y luego de ello camina.

—¡Espera!—Un grito sale de mi sin permiso, pero a mí suerte no hay alguien cerca—Yo traje mi auto, te espero en el mío—Hablé obvia.

—Te dije que en el mío.—Y se marcha dejándome sola.

(...)


Pasaron varios minutos desde que llegué al auto, gracias al cielo no encontré a nadie cuando salí de la parte trasera del súper, por fin algo está de mi lado. Un pitido llama mi atención, es la radio o una especie de celular que vibra del asiento de Corban... Su sonido me estremece así lo tomo y pongo en altavoz.

—¡CORBAN!, he estado llamándote todo el maldito día, ¿Dónde diablos estás metido perro pulgoso? ¿De nuevo tras la chica de Jacobo?—Eso último me toma por sorpresa, pero antes de reaccionar alguien me quita velozmente de la mano el radio.

Corban me da una mirada amenazante y se dispone a contestar.

—¿Qué rayos quieres Cyril?, He estado ocupado—Responde sin quitarme la mirada, se ve algo molesto.

—El patrón llamó, está preocupado, su hija no aparece y te envió en la misión de buscarla—Justo al terminar de decir esas palabras recordé a Cynara... Cynara había mencionado algo de su padre...

¿Además que tiene que ver Corban? ¿Es un socio más? ¿Es familiar de ella?  ¿Es un proveedor? ¿Es un asesino igual que Jacobo?

—¿Por qué no la haces tú?, Eres su hermano—Habló esta vez Corban.

Escuché como el chico bufó.

—Hoy mismo no estoy de niñera, además tú eres el detective privado, es tu trabajo—Corban no alcanzó a poner en bajo eso último... 

¿El era el detective del que había hablado Jacobo?

Mierda, todo era una confusión, creí que Corban eran un proveedor, un socio, tal vez un conserje o mensajero... Pero no...

¡EL ERA EL DETECTIVE PRIVADO!

Y creo que no puedo ir muy lejos con esta información.

Obsesionado por ti ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora