✾Capítulo 34: Amores Compartidos.

6.8K 405 93
                                    

Vamos directo hacia el sótano.

Solo pienso y anhelo que Cyril no vaya a hacer que lo asesine por abstenerse a matar a su padre, yo ya voy dispuesta a hacerlo y el que se atraviese en mi camino morirá, no me importa quién sea.

El camino es un poco largo así que enciendo la radio y escucho una que otra canción.

Ninguna me gusta así que enciendo el tv que viene en el auto y pongo el canal nacional.

Lo que veo me deja impactada.

"Andra Shilwer está comprometida la actriz y también por doctorado veterinaria se encuentra a pocos meses de contraer nupcias con su novio Fernando Dallas, esto lo ha confirmado la pareja hace unas horas en su mansión de California"

Apago el tv tan rápido como se acabó la noticia y poso mi vista en el frente.

Fernando, tan pronto te olvidaste de mí.

Me vale un kilo de mierda.

—Estacionaré aquí, está a dos cuadras del sótano pero no quiero levantar sospechas, tú entrarás por donde salimos la última vez y yo por el ascensor—Me habla Cyril.

—Sé lo que haré—Contesto saliendo del auto.

Camino sigilosa hacia la entrada del gran laberinto.

Ya dentro del sótano acomodo mi arma, mi granada y una pequeña daga.

Según Cyril su padre está en la oficina central, para llegar allí tengo que pasar por varios cuartos los cuales están repletos de gente, de gente que tiene su cerebro podrido, así que ahí es cuando entra Cyril a ayudarme. Él hará que las personas vayan a ver un espectáculo en el último salón, allí donde un trabajador bastante despiadado y conocido asesinará y desmembrará a una chica que prostituía a su hija.

Pero en realidad lo que hará es encerrar esos depravados a que mueran.

Cuando escucho varios pasos me escondo en un pequeño cubículo de baño.

Son las personas que se desplazan hacia el salón.

Todo va bien.

Luego de ello empiezo mi rumbo hacia la oficina lo cual no es muy difícil de encontrar, pues Cyril me dio unas muy buenas coordenadas.

Al llegar ahí abro la puerta fuertemente y lo que veo me asombra.

Jacobo y Corban están allí.

Alejandro está atado a su silla y tiene varias heridas.

—¡Les dije que ella no estaba aquí!—Grita Alejandro.

La reacción que tiene Jacobo no me asombra para nada, se abalanza contra mi abrazándome a lo que yo lo quito empujándolo lejos.

—Te extrañé.—Me mira fijamente a los ojos pero no me interesa.

Evado su comentario y voy hacia Alejandro.

—Pequeña rata, suéltame—Me ordena.

Yo lo miro fijamente, tiene una puñalada en su brazo derecho, una en cada una de sus piernas y tiene un cuchillo enterrado en su mano.

Obsesionado por ti ©️Where stories live. Discover now