Cap. 19...

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Krifinghar miró primero a Flogh y luego volvió la mirada a los jóvenes, no entendía nada, ¿Se odiaban? o ¿Se amaban?, "nunca había visto personas más idas" pensó.

Se acercó a ellos, quería explicaciones, pero no las exigiría ahora, tenían que continuar el viaje, Crhag no tardaría en descubrir su engaño, y volvería más enojada que antes.

Así que el mago los miró, y les dijo:

― ¿Podrían arreglar sus asuntos en otro momento más apropiado?, me arriesgo a suponer que Crhag no tarda en regresar.

Los jóvenes asintieron, Imhara montó el kratibhus. Y todos ingresaron a la cueva cual era hogar de la bestia.

Dentro era oscuro, por suerte Skhariber llevaba los faroles que Krifin había colgado en sus astas diamantinas. Se olía en el aire una humedad fétida y viscosa propia del nido de un animal, en una elevación del rocoso piso se encontraba un colchón de ramas, era un nido, en su interior yacían algunas plumas doradas, pero por suerte ningún huevo de Crhag, aunque ello sería imposible ya que no existía un segundo en su especie.

Al final de la fría cueva se abría una enorme abertura, la cual estaba adornada en su margen por un arco que se doblegaba artísticamente, era imposible que aquello fuera natural.

―Estoy seguro que este es el arco del que hablaba Erydh― Pronunció Dharek contemplando el arco de piedra.

Más allá del arco se abría un largo corredor donde las vistas humanas no alcanzaban a divisar el final o siquiera una curva del mismo.

Krifinghar dio el primer paso, y los demás lo procedieron cautelosamente, miró inspeccionando las paredes y el techo, intentando calcular alguna distancia.

― Si esto lleva al centro de la tierra como dice las leyendas, entonces nos espera un largo viaje, tienen suerte que los acompañe, si no fuera por mi magia se morirían de sed y de hambre.

― Eres un mago muy impresionante, suerte que te he encontrado a tiempo― le dijo Imhara con una sincera sonrisa en su rostro.

― No creo que haya sido la suerte, sino el destino― le dijo Flogh uniéndose a la conversación.

― En eso estoy de acuerdo contigo pequeño, los magos no creen en la suerte― dio un largo suspiro meditador y luego agregó levantando la voz mientras hacía eco con el túnel― Ya que nos espera un largo camino creó que deberíamos conocernos mejor, se poco de ti Imhara y nada de tu amigo — mientras decía lo último, escudriñaba a Dharek de manera poco discreta.

― Cierto, cierto, te contaré mi historia, pero tú también la tuya.

― Desde luego.

― De la tribu que procedemos una guerra la amenaza...

― No será una guerra a mi parecer, sino más bien una conquista, un exterminio, nuestra escasa y pobre tribu no puede enfrentarse a un reino élfico― la interrumpió Dharek.

― Es por esto que realizan este viaje― intuyó el mago.

― Exacto― le afirmó Imhara ― Imagina, una mestiza puede ser motivo que detone la amenazante guerra.

― O el que la detenga― agregó Krifin que parecía seguir la historia a la perfección.

― Cuando comprendí aquello me enfrasqué en una búsqueda, la cual podría resultar lo peor o lo mejor para nuestra tribu.

― Entonces tú la acompañaste― afirmó casi convencido Krifin mientras señalaba a Dharek.

― No, yo la encontré en el bosque sola, no me dijo toda la verdad en un principio, pero no pude dejarla sola en este viaje― le explicó Dharek.

Imhara StheelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora