Billie

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A la mañana siguiente nos alternamos entre desayunar y usar el baño. Con María nunca me había pasado eso, porque no madrugaba tanto como yo.

No sentamos juntas en el metro, se me hace raro estar hablando con ella y poder mirarla a placer, acostumbrada como estaba a hacerlo a hurtadillas.

- Casi siempre estás con los ojos cerrados y los auriculares, ¿qué escuchas? - pregunto para seguir satisfaciendo mi curiosidad.

- Espera, que te pongo una canción nueva de Billie. La tengo en bucle desde hace una semana - me dice al tiempo que saca su móvil para buscar el videoclip en Youtube.

Cuando ya lo tiene pone la pantalla de forma que la podamos ver las dos y me ofrece uno de los auriculares.

Acaba el tema y le devuelvo el auricular.

- Me gusta la canción, pero el vídeo me da un poco de grinch.

- ¿Cringe?

- Eso.

Noto cómo me arden las mejillas, no puedo evitar ponerme roja por haber dicho mal esa palabra. No quiero hacer el ridículo delante de ella.

- Espera que te busco una foto suya para que la veas de normal. Me flipa la música que hace, y encima con solo 16 años, es que madre mía qué talento tiene. Mira, esta es.

Empiezo a reírme sola, joder qué tonta he sido

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Empiezo a reírme sola, joder qué tonta he sido.

- Es tu foto de perfil de whatsapp - digo entre risas.

- Sí, pero ¿por qué te ríes? - me pregunta sin entender mi repentino ataque de risa.

- Porque pensaba que era la foto de mi nueva compañera de piso.

Natalia empieza a reírse conmigo.

- Ahhh, por eso tu reacción, menudo chasco cuando viste que era yo, mucho más fea que Billie.

- Ya quisiera ella ser tan preciosa como tú - digo sin pensar.

Vuelvo a notar que me arden las mejillas, espero que no se me note mucho con el sofoco que llevo de la risa. Natalia me hace un gesto con la cabeza, indicándome que mire a la puerta del vagón. Está abriéndose y estamos en mi parada. Mientras salgo corriendo antes de que suene la alarma oigo que dice «mira a ver si te centras, que después sales corriendo del metro y se te caen las cosas».

Vuelvo a mirarla por la ventana del vagón, como hace unos días. Me está sacando la lengua y sonríe.

Paso el resto del día rememorando ese momento y con una sonrisa de gilipollas en mi cara.

La chica del metro // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora