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Pasan las semanas y parece que hemos encontrado un poco el equilibrio que el acúmulo de sentimientos reprimidos nos había impedido tener en un principio. Ahora tenemos una relación más sosegada, ya no es un aquí te pillo aquí te mato constante. Este último lunes de enero se me ha hecho eterno, para variar, pero me queda el consuelo de que al llegar a casa estará Nat esperándome. Es pensar en ella y una sonrisa aparece en mi cara de forma automática. Me la encuentro en la cocina terminando de preparar la cena.

- Hola, amor - le saludo y le doy un beso a continuación.

- Hola, preciosa. ¿Qué tal tu día?

- Entretenido. He de entregar un par de trabajos más la próxima semana, pero ya tengo bastante claro lo que quiero hacer.

- Mi niña artista - dice orgullosa.

Nos besamos de nuevo y me agacho para acariciar a Queen, que ha venido desde el comedor para saludarme.

- Oye, ¿le has dicho ya a tu madre que estamos juntas?

- Sí, la llamé mientras volvía de la facultad. ¿Cómo lo sabes?

- Anda, mira los whatsapps.

Lo hago y me quedo muerta, aunque mentiría si dijera que me sorprende.

Lo hago y me quedo muerta, aunque mentiría si dijera que me sorprende

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- La madre que me parió - se me escapa al ver los mensajes.

- Pues sí, la Rafi mismamente. Es lo más, me encanta.

- No sabes en qué familia te has metido.

- No la cambiaría por nada - me responde mirándome a los ojos emocionada.

Nos fundimos en un abrazo y nuestros labios se buscan de nuevo.

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Junio 2019

Si hace seis meses alguien me hubiese dicho cómo iba a ser mi vida me habría herniado del ataque de risa tremendo que hubiera tenido. Ahora tengo la mejor novia del mundo, un ser de luz que me ilumina cada vez que sonríe. Entre nosotras hay amor, sin duda, pero también admiración y respeto. El veneno y la toxicidad quedaron enterrados en mi pasado. Disfruto de una nueva familia que me quiere y a la que quiero muchísimo. Antes de ni siquiera conocerme ya contaba con su aceptación, y nunca han esperado nada de mí que supusiera renunciar a mi naturaleza. También en estos meses me he ido rodeando de personas a las que ahora puedo llamar amigos. Sufrí tanto cuando no tenía nada de todo esto que soy capaz de apreciarlo y valorarlo como el tesoro que es. No creo que exista nada mejor que el amor correspondido, y no me refiero al romántico, sino al de cualquier índole. La música sigue siendo una parte fundamental de mi vida, pero ya no solo en la intimidad de mi habitación. Toco en bares tres o cuatro veces al mes, y la sensación que tengo al estar encima del escenario es indescriptible. Alba también se ha animado un par de veces, pero es tanta la admiración que me produce verla cantar que me sabe a poco. La música es a lo que me quiero dedicar, así que he decidido focalizar mi energía en hacerlo posible. Ella está en plenos exámenes finales, pero aprovecho que ha hecho un descanso y estamos las dos acurrucadas en el sofá para darle la noticia.

- Me voy a presentar al casting de Operación Triunfo.

- ¿En serio?

- Sí, no sé, quiero probar suerte.

- Van a flipar cuando te oigan, ya verás.

- Como yo hay miles de personas, pero si no lo intento no sabré nunca lo que hubiera pasado.

- Lo hacemos y ya vemos - me dice guiñándome un ojo.

Es una filosofía que hemos utilizado bastante desde que vimos la película, y nos ha funcionado.

- ¿Cuándo es?

- El dos de julio

- Genial, yo te acompaño.

- Podrías presentarte tú también.

-¿Yo?

- Ya que vas a hacer la cola, ¿qué te cuesta?

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Septiembre 2019

Mañana se decide nuestro futuro en el último casting. Me parece increíble que hayamos llegado las dos hasta aquí. No porque dudara del talento de Nat, porque supe que lo tenía a raudales desde el momento en que la escuché cantar a través de la puerta de su habitación, y aquí ha demostrado de sobras su valía. Pero yo, sin embargo, me presenté casi por casualidad y aquí estoy también, pasando la que puede ser mi última noche con ella. En la habitación del hotel el sueño nos rehuye e intentamos distraernos mirando vídeos de Cuarto milenio, pero el programa de Iker no nos proporciona ninguna angustia que podamos intercambiar por la que llevamos nosotras.

- Estoy nerviosa, Nat - le confieso.

- Yo también, amor, pero mañana vamos a dar lo mejor de nosotras mismas y que sea lo que tenga que ser.

Deja el portátil en la mesita y me atrae con sus brazos para que me recueste sobre su pecho.

- Eso es lo que me da miedo. Hay probabilidades de que vayamos a estar separadas y sin poder hablarnos durante tres meses.

- No tengas miedo, tú y yo nos vamos a tener siempre, pase lo que pase y en las circunstancias que sean. La conexión que tenemos desafía las leyes del espacio y del tiempo, es indestructible.

Levanto la cabeza para poder darle un beso y vuelvo a descansar sobre su pecho. Me vienen a la cabeza muchos momentos de estos últimos meses, pero me recreo con uno. Aquel día en el que se me cayó la libreta también tuve miedo de lo que podría pasar, pero la casualidad o el destino quisieron que esa chica del metro misteriosa sea hoy la mujer de mi vida. Me centro en el ritmo regular de los latidos de su corazón y, como si fueran una nana, acabo por dormirme.

Al día siguiente, después de las actuaciones, nos reúnen a todos los aspirantes en una sala para que vayamos pasando a conocer el veredicto final. Cuando una chica de la organización nos dice que nosotras vamos a ir juntas nos extraña porque el resto de gente ha ido de uno en uno, pero no decimos nada. Nos indica que tendremos que andar hasta ponernos en el centro de una estructura circular y leer en voz alta lo que salga en la pantalla. Entramos agarradas de la mano y la sala está toda a oscuras, salvo por dos hileras de luces en el suelo que forman un pasillo y nos guían hasta una especie de jaula redonda. Entramos, sin soltarnos de la mano, y nos colocamos tal y como nos han pedido. Entrelazamos nuestros dedos y nos apretamos con fuerza representando esa conexión indestructible que hay entre las dos. Empiezan a aparecer frases luminosas, nos miramos a los ojos y, a continuación, leemos al unísono.

En los castings hemos sido testigos de vuestra alegría al ver que la otra iba superando cada fase.

Ha sido muy tierno veros en los buenos momentos.

Esperamos que también sepáis apoyaros en los malos, porque...

la convivencia en la academia puede ser dura. Enhorabuena, sois 2 de lxs 16 concursantes de OT2019.




Os animo, si no lo habéis hecho ya, a que le echéis un vistazo a mi otro fic Albalia: Perfect. Lo podéis encontrar en mi perfil.

Gracias por leerme!

La chica del metro // AlbaliaWhere stories live. Discover now