La Mari is back, bitches

13.8K 665 484
                                    

Estoy en una nube con todo lo que pasó ayer y el jueves se me pasa volando, a pesar de todo el trabajo extra en la tienda con la preparación para el black friday de la próxima semana. No sé si algún día voy a ser capaz de agracederle a Alba todo lo que ha hecho por mí. Después de cenar nos ponemos a ver otro capítulo de La casa de papel. Hoy por lo menos Queen ha tenido a bien estar en la butaca y dejarnos el sofá. A ambas se nos nota el cansancio acumulado de la semana y nos vamos escurriendo del asiento, otra vez como si estuviéramos sincronizadas, hasta que tenemos el cuello en una posición incómoda. Me levanto y le doy al pause. Alba se me queda mirando al no entender por qué lo he hecho.

- Estamos mal así, levántate y nos ponemos mejor.

Me tumbo de lado en el sofá, con la espalda completamente pegada al respaldo para dejarle sitio a Alba.

- Ahora túmbate tú aquí - le indico dando unas palmadas en el tapizado del asiento.

Me mira con cara de no estar muy convencida de lo que estoy proponiendo, pero aún así me hace caso. Su cuerpo se queda cerca del borde del sofá, pero cabemos las dos. Le doy al botón del play y la acción se reanuda en la pantalla del televisor.

- Como me caiga al suelo te la ganas - me amenaza.

Paso mi brazo derecho por debajo de su cuello, el izquierdo por encima de su costado y uno mis manos formando una especie de cinturón de seguridad.

- Así ya no hay riesgo.

...................................................

...................................................

Riesgo de que me caiga no, pero de que me explote el corazón puede ser. Quizá sea algo masoquista, pero tener a Natalia pegada a mi espalda y rodeándome con sus brazos es una tortura y, a la vez, una bendición. Tan cerca estamos la una de la otra que hasta puedo notar su respiración en mi nuca. La poco más de media hora que llevamos en esta posición hasta que se acaba el capítulo me sabe a poco.

- Me apetece ver otro capítulo, ¿y a ti?

Lo que en realidad me apetece es seguir disfrutando del calor de su cuerpo pegado al mío, pero eso no se lo puedo decir.

- Vale, uno más y nos vamos a dormir.

Retira los brazos de mi alrededor y se incorpora un poco para coger la manta que está sobre el respaldo, nos la pone por encima y vuelve a tumbarse. Esos pocos segundos han sido suficientes para que eche de menos su abrazo protector. Como si me leyera la mente vuelve a rodearme como antes y una sonrisa aparece en mi rostro automáticamente.

Al final me he debido quedar dormida, porque Natalia me despierta susurrándome mi nombre al oído y dándome un beso en el cuello. El contacto con sus labios hace que se me erice la piel.
...................................................

...................................................
El viernes mientras desayunamos Alba me cuenta que está muy contenta porque viene María de visita.

- Me dijo que se quedó con ganas de conocerte más y que te vinieras a la fiesta, es una mierda que trabajes los sábados también.

- Mañana no trabajo, tengo ajuste horario.

- ¿Eso qué es?

- Un eufemismo para darme algún día libre y después explotarme en navidades sin tener que pagarme más.

- Joder, cómo se aprovechan. Entonces vienes mañana, ¿no?

- No sé, me da palo, no voy a conocer a nadie.

La chica del metro // AlbaliaWhere stories live. Discover now