Después de repasar vuestros votos, que se suponía eran de 0 a 10, hacer la media numérica (26342108950263185e26) y teniendo en cuenta los comentarios, que van desde el "mientras que se digan lo que sienten" hasta que el fuego "llegue hasta Canarias, coño" la conclusión es: para qué pregunto. Para lxs que tengáis pirofobia, con saltaros los párrafos delimitados por línea de asteriscos ********** estaréis a salvo.
Me despierto con una resaca horrible y en la cama con Alba. A esto le llamo yo empezar con buen pie el 2019. Por lo menos estoy boca arriba y no abrazada a ella como viene siendo habitual. Intento girarme para ponerme de lado, pero tengo un dolor que no es normal. ¿Qué cojones pasó ayer? Me doy la vuelta despacio y me quedo mirándola aprovechando que aún duerme. Qué fantasía sería poder despertarme así todos los días. Pues eso, una fantasía, y yo necesito centrarme en la realidad de que entre nosotras no va a haber nada más que amistad. Al cabo de unos minutos se despierta y en el momento en que sus ojos se posan en mí aparece una sonrisa en su cara. ¿Cómo no voy a estar enamorada de este ángel?
- Buenos días - me saluda y me da un beso en la mejilla.
- Buenos días, Albi.
- ¿Qué tal estás?
- Con resaca, con dolores y sin memoria, así que imagino que ayer hice cosas por las que seguro debo pedirte perdón.
- Tranquila, que anoche no fumaste.
Levanto una de mis cejas incrédula de su respuesta, pero ahora no tengo fuerzas para sonsacarle nada.
- Estoy muerta, hoy me quedaría todo el día en la cama - comento desperezándome.
Hasta eso me duele. Alba se levanta y me hace un gesto con la mano para que no me mueva.
- Quédate aquí, ahora vuelvo.
Le hago caso y me quedo mirando a la nada intentando recordar, en vano, detalles de anoche. Vuelve con una bandeja en la que lleva un par de vasos con zumo de naranja y tostadas.
- El primer desayuno del año en la cama, como debe ser - sentencia sonriente.
- No te merezco, de verdad.
- Anda, no digas tonterías.
Desayunamos en silencio y cuando terminamos Alba deja la bandeja sobre la mesita de noche y coge su móvil.
- Ahora un poco de música - dice mientras busca alguna de sus playlists.
Nos acomodamos las dos de nuevo entre las sábanas y cierro los ojos. Voy a aprovechar los momentos que me queden por pasar con ella. Ha elegido una lista tranquila, y tras varios temas empieza a sonar uno que conozco bien. Desde que me descubrió a Sara Bareilles con She used to be mine he estado escuchando algunas de sus canciones y esta, en particular, la tengo en bucle desde que volvimos de Elche. He de reconocer que puedo llegar a ser un poco masoca.
(leed la letra, que tiene miga para la historia)
Back of the room / de vuelta en la habitación
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La chica del metro // Albalia
قصص الهواةLas vidas de Alba y Natalia se cruzan en Madrid. ¿Casualidad o destino?