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El elevador de alta velocidad rápidamente llevó a Ji Yong al piso 27.

"Aquí es," pensó, de pie en frente de la habitación 2703. Por un momento, la indecisión estaba en guerra con su deseo. Luego el deseo consiguió triunfar y Ji Yong golpeó en la puerta.

Sin una palabra, el hombre hizo pasar a Ji Yong adentro. Tan pronto como la puerta chasqueó cerrada, cayeron entre sí como bestias hambrientas.

"Oh...si..." Ji Yong jadeó.

Se besaron como si para devorarse entre sí. Experimentadas manos quitaban el saco a Ji Yong. Ji Yong codiciosamente chupó la lengua del hombre mientras su cinturón estaba siendo jalado y la cremallera de sus pantalones tirada hacia abajo. Manos impacientes buscaban a tientas por su virilidad y empezaron a acariciarla con un salvaje desenfreno.

"Ahh..." Ji Yong gimió.

"Estás tan cerca, dijo el hombre.

Ji Yong jadeaba, sorprendido por su propia excitación, escuchó el humor en las palabras del hombre, pero no podía discutir la verdad en ellas. Apenas podía creer que estaba aquí en los brazos de un hombre que había encontrado hace solamente treinta minutos. Aún, extrañamente, no sentía dudas, nada sino un fuego desarrollándose adentro que amenazaba quemarlo a cenizas.

Impacientemente, Ji Yong usó sus dientes para mordisquear la lengua del hombre, fue recogido, todavía usando su arrugada ropa y llevado hacia la cama doble.

"¿Te gusta rudo?" el hombre preguntó. Mirando fijamente a Ji Yong acostado en la cama. Sus negros ojos destellaban como esos de un carnívoro que justo había capturado un bocado apetitoso.

El rostro del hombre estaba lleno de diversión mientras lentamente se quitaba el saco y desenrollaba la corbata de su cuello. Los resortes chillaron fuerte mientras se arrodillaba en la cama. La pasión hacía que la mente de Ji Yong fuera en blanco y no podía hacer nada sino jadear.

Con sus ojos nunca dejando a Ji Yong, el hombre llevó sus manos hacia su camisa. Desabotonó los botones, revelando un abdomen perfectamente cubierto con fuerte, flexibles músculos.

Ji Yong lo vio envidiosamente, deseando alcanzar y acariciar esos músculos con sus dedos. Pero el hombre atrapó sus muñecas y forzó los brazos de Ji Yong arriba por encima de su cabeza, tirando de la corbata de Ji Yong y usándola para atar las manos de Ji Yong.

"¿Qué...qué estás haciendo?" Ji Yong preguntó, ligeramente sorprendido por el repentino giro pervertido que el encuentro había tomado. Pero el dominio no cortaba sus muñecas dolorosamente, así que le aseguraba que todo era en buena diversión.

"No te preocupes," dijo el hombre. "Éxtasis es lo única cosa que sentirás."

Escuchando la profunda voz del hombre susurrando en su oído. Ji Yong gimió otra vez. Trató de mover sus manos, pero sus manos eran sujetadas firmemente.

Los largos dedos del hombre empezaron lentamente a desabotonar los botones de Ji Yong. Ji Yong estuvo momentáneamente avergonzado, temeroso de revelar su propio delgado, débil cuerpo, tan diferente al de su misterioso amante. Aún el hombre parecía disfrutar tocando la piel de Ji Yong, suave como la más fina seda pero firme al mismo tiempo.

"Eres tan hermoso," el hombre murmuró reverentemente.

Deslizó sus manos hacia arriba los costados de Ji Yong desde sus muslos por debajo de sus axilas.

"¡Ah...ah! Ji Yong exclamó, escalofríos corriendo en su espina dorsal. El más ligero roce de las manos del hombre en su piel desnuda lo llevaba a alturas de casi insoportable placer. "Ohh..."

『Esclavo enjaulado』 » GTOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora