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Una semana pasó, llenó con angustia e indecisión. Justo como la última vez, el deseo se impuso sobre la razón. Alimentando un agrio sentido de derrota, Ji Yong se encontró asimismo de pie en frente de la habitación 2703 una vez más.

El segundo que el hombre abrió la puerta, la amargura se volvió algo mucho más dulce.

"Ahhh..."  Ji Yong jadeó mientras el hombre lo agarraba de sus delgadas muñecas. Fue jalado hacia la habitación, donde los últimos vestigios de su resistencia se desvanecieron.

Ji Yong se agarró de la corbata del hombre y lo jaló más cerca. Forzó al hombre más alto a inclinarse y encontrar su boca en un extenuante beso. Estar con un hombre de quien ni siquiera sabía el nombre le daba valentía, lo hacía tirar todas sus usuales dudas y preocupaciones. En esta habitación secreta donde compartían su deseo, Ji Yong era un esclavo de su propia pasión. Y eso probablemente era exactamente lo que el hombre quería.

Ji Yong lamió el cuello del nombre y agarró su cinturón.

"Ya estás tan excitado," el hombre se dio cuenta.

"Yo no...sé" Ji Yong gritó mientras el hombre agarraba su trasero y arrastraba un dedo a lo largo de la costura de su pantalón. "¡Oh!"

El dedo del hombre encalló en el culo de Ji Yong a través de la ropa, haciéndolo jadear por aire.

"¡No!" gritó. "Allí no"

"¿Por qué?" preguntó el hombre. "Te gusta mucho que te toquen allí."

"No..."

"Ah, lo entiendo," el hombre susurró felizmente. "Quieres algo más que un dedo allí dentro."

Ji Yong quería discutir, pero sabía que era sin sentido. No podía negar que había alcanzado la dicha la última vez teniendo al hombre adentro de él. Simplemente pensar al respecto hacia hacía correr calor dentro de él. No había forma que Ji Yong fuese a ser capaz de negarse a él mismo una segunda saboreada de esa sensual dicha. Pero sacudió su cabeza de todas formas, sus labios todavía apretujados a los del hombre, sus brazos envueltos en el cuello del hombre.

El hombre sonrió. "Voy a cogerte tan duro que no serás capaz de caminar."

Una necesidad incontrolable se arqueaba a través de Ji Yong. Todavía envuelto con el hombre, cayó a la cama, sin deseo de separarse incluso para quitar su ropa apropiadamente. El hombre tiró del cinturón del Ji Yong y torció hacia abajo su cremallera. Ji Yong se retorcía como una persona ahogándose, atormentado por la sensación de opresión de su propio traje.

"No seas tan impaciente," el hombre murmuró. Estallando en risas. Pero contrario a sus propias palabras, sus manos se apresuraron también, mientras quitaba el saco de Ji Yong y jalaba sus pantalones y ropa interior.

"Levanta tu trasero para mi," dijo.

"No," Ji Yong protestó.

"¿Quieres que te ate otra vez?"

Ji Yong no respondió mientras el hombre se jalaba la camisa. Dejándose puesto el saco, sujetó los brazos de Ji Yong detrás de él y los aseguró abotonando los dobladillos del puño.

"Esto no está tan mal, ¿o sí?" preguntó.

Ji Yong dejó salir un gemido. Teniendo al hombre viendo a través de él tan fácilmente despertaba un fuego de vergüenza dentro de él. Aunque particularmente no le gustaba ser torturado de esta forma, todo su poder de protesta sobre la obscena situación que ahora estaba experimentando, había sido agotada y a cambio reemplazada con excitación. Era enormemente embarazoso tener su rostro presionado en una almohada de plumas, su trasero erecto en el aire, y sus manos atadas detrás de su espalda. La hendidura entre sus nalgas y sus huevos, temblando con deseo, estaba abierta a la inspección del hombre.

『Esclavo enjaulado』 » GTOPWhere stories live. Discover now