|CAPÍTULO 13|

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He llegado desde esta mañana con la frente tan en alto como puedo, esperando y de hecho rogando al cielo que me ponga a Ethan enfrente para escuchar o ver lo que sea que tenga que decir sobre lo de anoche

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He llegado desde esta mañana con la frente tan en alto como puedo, esperando y de hecho rogando al cielo que me ponga a Ethan enfrente para escuchar o ver lo que sea que tenga que decir sobre lo de anoche. Cristina se acostó a dormir rebosante de felicidad e ilusión y aunque estuve tentada en un par de ocasiones de decirle todo, la ira que siento con Ethan es mayor, no quiero dañarle aún las cosas, es más, espero de todo corazón que sea él mismo quien las dañe y si es posible frente a muchas personas y si las estrellas me sonríen, que sea público incluso en el Instagram de Winston para que no le quede de otra que meterse bajo una roca por la vergüenza.

La oportunidad de cruzarme con él no llega sino hasta la hora de receso; ya que Fresita me ha informado que va a usar este espacio para buscar a Samantha e intentar entrar en el comité escolar de eventos como le sugerí, puedo sentarme con tranquilidad en la misma mesa de siempre. Ashley y Brad no han llegado, lo que —supongo— le da valor al moco de acercarse a mí y sentarse en silencio en la silla de enfrente. Lo observo sin expresión alguna de rencor —aunque por dentro ya lo he degollado dos veces— y doy una mordida a mi sandwich comprado acá.

—Hola, Emily.

—¿Qué tal? ¿cómo te trata la vida hoy?

Baja la mirada, con esa actitud de un perro al que han atrapado mordiendo los zapatos del dueño.

—Creo que te debo una explicación.

—Tus creencias me importan muy poco, ¿qué quieres?

Eso, muy bien, que no se note que aún te gusta, Em.

—Sé que yo había hablado de algo contigo, que te había propuesto algo...

—Sí, salir en secreto, como pareja y pensaba que exclusiva —digo, cortante.

—Sí, eso... —Traga saliva y me mira directamente a los ojos—. Quería disculparme... no sabía que Cristina era tu prima.

—¿Es decir que de no ser mi prima igual andarías con las dos sin que yo me enterara?

—¡No! Digo... no, no. No sabía cómo venir a decírtelo, Emily, pero te juro que iba a hablarlo, no pensaba salir con las dos...

—Claro, tus intenciones de hablar conmigo primero fueron super claras —espeto— porque eres pura honestidad.

—Lo siento, ¿de acuerdo? Te juro que mi intención nunca fue mala... Yo quería realmente tener algo contigo... —Mi mente le grita "no lo digas, no lo digas, por favor, no lo digas", prediciendo lo que sé que va a decir, pero igual lo hace—, pero entonces conocí a Cris.

Necesito un manual del adolescente donde diga cómo evitar que ese tipo de palabras me duelan como lo hacen. Guardo silencio y espero ser lo suficientemente neutra con mi expresión para que no se me note el pinchazo en el corazón.

Un Cliché desComunal •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora