|CAPÍTULO 32|

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El rostro de Fresita tiene una inquietud anormal en ella; desde que salió de bañarse me ha dado fugaces vistazos mientras me intento acomodar el cabello, mientras busco mis cosas para ponerlas en la mochila, mientras todo, no deja de mirarme con u...

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El rostro de Fresita tiene una inquietud anormal en ella; desde que salió de bañarse me ha dado fugaces vistazos mientras me intento acomodar el cabello, mientras busco mis cosas para ponerlas en la mochila, mientras todo, no deja de mirarme con una mezcla de duda y nervios.

—Ya está —digo, cuando me siento demasiado rara con ella—. ¿Qué es lo que tanto me miras? ¿pasó algo?

Fresita deja a un lado la sandalia que se estaba colocando para prestarme atención; estoy en el marco de mi puerta ya lista para bajar pero si salimos sin que libere mi duda, luego me evadirá o dirá que me lo estoy inventando.

—¿De qué hablas?

—Eres malísima ocultando cosas, Cris. O quieres decirme algo o algo pasó y me quieres contar... o no sé, pero suéltalo ya.

Cris se muerde su labio y termina con las sandalias, luego se pone de pie, toma su mochila y camina hasta mí.

—Quiero decirte algo pero no sé si sea buena idea.

—Solo dímelo. No puedes decirle a alguien eso y luego dejarlo con la duda, eso no es de Dios.

—De acuerdo... —Fresita pone el cabello que le enmarca la cara tras sus orejas y me observa un poco avergonzada—. Pero debes asegurarme que no tomarás las cosas a la loca.

—No aseguraré nada, dime.

Fresita blanquea los ojos; si no estuviera yo atravesada estratégicamente en la puerta, ella ya se habría ido dejándome con la duda en la cabeza.

—Bueno. Creo que sé quién es 1Fan. —Mi cuerpo que había estado con los brazos cruzados en actitud desafiante, se tensa a la vez enderezo la espalda—. Solo es una sospecha por lo que no quiero que me creas completamente. Puedo estar completamente equivocada...

—¿Cómo lo sospechas?

—La semana pasada vi como dejaba una nota en tu casillero.

—Debe ser él —afirmo, sintiendo mis pulsaciones aumentar—. Dime quién es, ahora.

—No es él... es ella... —Su tono bajito llega a mis oídos como si de un balde con agua fría se tratara. Siento cómo mi respiración empieza a descompensarse más.

—Uhmm... ¿qué? No puede ser...

—Yo vi a una chica poniendo la nota en tu casillero.

—Puede ser otro casillero.

—No, era el tuyo, estoy segura.

—¿Quién era?

Que no sea alguien a quien odie, que no sea alguien a quien odie. El corazón me martillea y aguardo los seis eternos segundos que le toma contestar.

—Samantha.

Lo que siento en este momento no es precisamente emoción pero tampoco es una completa desilusión. Siempre he guardado el recelo constante sobre quien puede ser aunque jamás se me habría siquiera ocurrido que era Sam, para mí no suena muy lógico. Sam es muy... dispersa, se puede decir y no es que sea muy amiga mía. Además 1Fan siempre me dijo hasta hace poco que nunca habíamos hablado pero con Sam he hablado desde el primer día... ¿me mintió?

Un Cliché desComunal •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora