Johnlock Drabbles

15.- Open the door.

La Navidad después de la muerte de Sherlock estaba siendo la más dura, cruel y triste.

No tenía a dónde ir; sus padres habían salido del país, Harry no quería verle, a Lestrade le tocaba trabajar, Molly estaría con su novio, y la señora Hudson... bueno, la señora Hudson estaba disponible, pero no quería regresar a Baker Street, no quería estar en ese lugar lleno de recuerdos en una época tan nostálgica.

Permanecer solo en el nuevo apartamento que tenía era su única opción.

Recordaba una Navidad que pasó mientras estaba en el ejército, igual había sido dura, pero nada se comparaba a esta, cuando no tendría la oportunidad de verlo, o de siquiera escuchar las quejas de su mejor amigo por las fechas.

Sirvió un poco de champagne en dos copas, tomó una de ellas y la alzó.

—Por ti, Sherlock —pronunció con tristeza y bebió el líquido de ambas copas.

Luego de esto se sentó en uno de sus sillones y cerró sus ojos un rato, escuchando que afuera alguien tocaba villancicos con un violín, justo como él solía hacerlo. El ruido no se escuchaba tan lejos, tal vez sería la chica del apartamento de abajo; realmente lo hacía bien. Cuando el sonido cesó, un suspiro se escapó de su boca; ojalá hubiese continuado, pues le hacía sentir como si el detective estuviera ahí.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de que un mensaje llegó a su celular. Un número desconocido le había enviado un "¿Tienes algo para cenar o pido comida?".

Decidió ignorarlo, hasta que llegó otro: "Contesta, ¿pido comida o no?".

"Me temo que está usted mandando mensajes a un número equivocado", contestó Watson.

"No lo estoy. Tú contéstame"

"Tengo algunas cosas para cenar", respondió para que le dejara en paz.

"Entonces abre la puerta, que me estoy congelando"

El sonido del violín regresó. John se asomó por la ventana que daba a la calle por aquel mensaje, y entonces sus miradas se encontraron.