29.- Hands.

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Las manos le sudaban y no paraban de moverse. Era como si tuviesen vida propia.

—¿Nervioso? —cuestionó el que estaba en frente de él.

—Para nada. ¿Por qué?

—Tus manos. No has dejado de moverlas desde que llegamos.

—Bueno, a decir verdad, la gente me pone muy nervioso —comentó, haciendo que su novio sonriera–. ¿Puedo preguntar a qué se debe el honor de que hagas una deducción?

—Vamos, no es tan difícil. Cualquiera vería que tus manos tiemblan, por lo tanto deberías estar nervioso.

—Bien, John, me sorprendes. Pero es algo muy vago, pudiste hacerlo mejor.

—Adelante, sabes que quieres demostrarme —lo alentó.

—Bien —dijo, soltando un suspiro para fijar su vista en las manos contrarias—. Tú también estás nervioso; tus manos no se mueven como las mías, pero tiemblan ligeramente, además de los golpeteos con los dedos sobre la mesa. Deduzco que hoy por la mañana limaste tus uñas, ya que ayer en la noche pude sentir que eran más largas...

—Sherlock —lo regañó entre dientes, tratando de hacerle entender que no dijera esas cosas en voz alta.

—Deduzco también que te haz puesto bastante producto para el cabello; sinceramente no entiendo el porqué, sólo es una cena con Angelo. Te avergonzaste con lo que dije sobre tus uñas, pues inmediatamente escondiste las manos bajo la mesa... uhm, ¿qué más? Ah, sí, deduzco que no quieres doblegarte ante las emociones justo ahora, porque estás apretando los puños...

—¿Cómo sabes eso? Ni siquiera ves mis manos —interrumpió el rubio.

—No, no las veo, pero gracias por confirmar mi teoría —mencionó con una sonrisa pícara—. También deduzco que tus manos encajan con las mías...

—Sherlock, eso no cuenta como una deducción.

—Tal vez. Pero sí cuenta como deducción que no te gusta la joyería exagerada, que tu talla de anillo es 9, y que lo más probable es que este anillo te quede —finalizó, sacando de un bolsillo una pequeña cajita cuadrada que, evidentemente, contenía un anillo de compromiso—. ¿Lo usarías?

—Sherlock —fue lo único que alcanzó a pronunciar.

—John, se responde con "" o con "no". No con mi...

La oración fue interrumpida, pues el ex militar sacó de la bolsa de su pantalón una cajita similar, la cual también contenía un anillo.

—Y tú, ¿lo usarías? —devolvió la pregunta.

—Oh, John... —atinó a decir, asintiendo erráticamente con la cabeza, riendo.

El médico imitó la acción; así pues, en aquella esquina había dos hombres de mediana edad, ambos riendo, con lágrimas en los ojos, asintiendo con la cabeza sin detenerse, colocándose el anillo que el contrario le estaba ofreciendo y compartiendo un tierno beso justo en la mesa que habían ocupado el día en que sus vidas se cruzaron.

Johnlock DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora