Historia del mismo nombre narrada desde el punto de vista de Trunks.
ADVERTENCIA:
Leer primero la versión original para una mejor apreciación.
PROHIBIDO:
La copia parcial o completa de esta historia. Se original y di no al plagio.
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19 | First Time.
Algún riff de los Guns estaba sonando en alguna parte, pero mi mente aún continuaba sumergida en la bruma del sueño. Di la vuelta en la cama y el sol lastimó mis ojos aún mientras los tenía cerrados, lleve las mantas hasta mi cabeza pero la música seguía sonando, lentamente abrí los ojos; fue cuando me di cuenta de que la alarma estaba sonando, debía ser cerca de medio día. Y tenía que levantarme, era el día del aniversario y había cosas que hacer.
Salí de la cama y de la habitación solo con mi pantalón de pijama, sin camisa y descalzo. Fui en busca de algo para comer. Al parecer nadie estaba en la casa, mi madre debería estar coordinando todo lo del Aniversario, mi padre debe estar entrenando, mis abuelos y Bra no tenía idea de donde estaban, así que una vez satisfecho subí de nuevo a mi habitación y me cambié de ropa; un pantalón oscuro, una camisa negra, botas militares y una chaqueta de cuero, coloqué el Rolex en mi muñeca, tomé mi celular, la billetera, el estuche de cápsulas y unas Ray-Ban estilo aviador. Baje al garage y saque la cápsula de la Harley y sin molestarme en ponerme el casco giré la llave haciendo que la motocicleta rugiera a la vida desde ese día en la playa con Gokari, pise el embrague y salí a la cálida tarde.
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Rápidamente llegue al centro y serpenteando entre los autos llegue frente a la joyería, apague la moto y saque la llave guardándola en mi chaqueta, entre por las puestas dobles y vi claramente como el guardia ponía la mano sobre el arma que llevaba en el cinturón. Me quite las gafas levantando una ceja ante ese movimiento.
—¿Qué se le ofrece?—Pregunto aún con la mano sobre la culata del arma.
Estaba por contestar algo ingenioso pero el gerente rápidamente llegó hasta mi.
—Señor Brief. Retírate es un cliente —le dijo disgustado viendo de reojo al guardia—Disculpe eso, es nuevo.
—Descuide.
—Por favor sígame, su orden está lista desde ayer.
Lo seguí hasta un mostrador aún con la mirada del guardia siguiendo mis pasos. Supongo que debí vestirme más acorde al lugar, pero que más da. El hombre me pidió los papales que me había dado antes y por suerte había sacado el folder del auto antes de venir, se los entregue y firme varias hojas donde establecía que me habían entregado la joya, pero cuando estaba por hacerlo me interrumpió antes y puso sobre el cristal una pequeña caja alargada púrpura, me pidió abrirla y espero con claro nerviosismo.
