No todos tenemos elección

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ALLEN

Faltaban pocos minutos para iniciar las clases. Los pasillos se encontraban concurridos por alumnos ansiosos por verse nuevamente, varios rostros conocidos se cruzaban a nuestro camino y otros nuevos expectantes.

Edén  caminaba a la par de mí. Mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta, mis pasos despreocupados. Estaba seguro de que mi inexpresivo rostro contrastaba perfectamente con su sonrisa cálida y esos ojos llenos de vida. Ella portaba el uniforme distintivo del instituto; la falda tableada de color azul que las chicas solían usar, unas medias negras cubrían por completo sus delgadas piernas y sobre la blusa blanca, usaba un suéter en tono beige, podría ser una chica de quince años, igual a cualquier otra; sin embargo, lo más extraño de todo era su mochila rosa con colgantes de conejitos. Si algo me había quedado claro era que a Edén le gustaban los conejos.

Su largo cabello se balanceaba de un lado a otro con su paso, era inevitable que las miradas sonrojadas de varios alumnos la enfocarán con la boca abierta. Ella era hermosa.

Bufé por debajo mascullando algunas maldiciones cada vez que veía la cara de estúpido de alguno que otro.

—Gracias por acompañarme ¿Allen?— los ojos de Edén se clavaron en mí de forma interrogatoria — ¿Puedo llamarte solo por tu nombre? ¿No será extraño que me comporte tan familiar contigo aquí? Es decir... — sus ojos observaron a nuestro alrededor a lo que yo me pude dar cuenta como también varias de las chicas me miraban con cara de bobas.

—No importa.

La sonrisa de Edén se ensanchó y dio un pequeño brinquito juntando sus manos.

—Entonces "Allen" será — dijo en tono cantarín y después se echó a reír de una forma tan suave y cálida que mí corazón se unía al ritmo de su voz.

Llegamos al primer piso en donde se suponía que tomaría las clases Edén, no sabía porque me había tomado el atrevimiento de llevarla hasta su salón y dejar que me vieran en los pasillos compartiendo casi el mismo espacio con una chica que no tenía nada que ver conmigo, en aspecto, tan dulce y pequeña.

—Aquí es— Musitó colocándose a un lado de la puerta de su salón de clases —. Nos vemos Allen.

Sus pequeños brazos rodearon mi cuello para darme un abrazo fuerte en forma de despedida. De esa manera pude ver el interior del aula, fue cuando me di cuenta de que en primera fila se encontraba Abigail, la novia de Evan observándonos algo perpleja, era de esperarse porque jamás se me veía con chicas de forma casual.

Normalmente salía con alguna que aceptaba solamente pasar por mi cama, claro que siendo claro sobre que no conseguirían nada más de mí, una noche y nada más, ni siquiera un trato especial o darse el lujo de caminar a mi lado en la escuela, siendo ante los ojos de todos unos desconocidos.

—Te veré en el almuerzo— me di media vuelta al ver que Edén entraba a su salón tomando las correas de su mochila como una niña pequeña que se encuentra ansiosa por su primer día de clases en el jardín de niños, una vez tomó asiento cerca de Abigail me dirigí de nuevo al tercer piso con una sonrisa que juraría sería permanente ese día.

Con toda la adrenalina que sentí al ver a Edén olvidé mi malestar a causa de la noche anterior, y ahora me estaba cobrando factura. Las escaleras me parecían inmensas y mi estómago se comenzó a revolver.

Amor Silencioso |COMPLETA|Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz