Algunas pesadillas pueden volverse realidad

820 79 2
                                    

|16|

ALLEN

The colors of the rainbow so pretty in the sky
Are also on the faces of people passing by
I see friends shaking hands
Singing, "How do you do?"
They're really singing, I, I love you.

La dulce voz de Edén era lo único que escuchaba.

Envueltos en la manta sobre la colchoneta, recostados algo retirados del resto de los alumnos, sumidos en nuestro propio mundo.

Había colocado mi chaqueta como almohada mientras ella se recostaba en mi brazo. No estábamos solos; sin embargo, los murmullos de los demás habían cesado.

Algunos cansados físicamente.

Otros mentalmente.

La mayoría cayeron rendidos, llenos de miedo y otros tantos tranquilos de que por lo menos estábamos en un lugar con buena temperatura, mientras afuera la tormenta terminaba de cometer los últimos estragos.

Los dedos traviesos de Edén jugaban con el cabello que caía por mi rostro. Sus ojos se encontraban atrapados en el movimiento de sus falanges mientras los míos observaban en silencio sus rosados labios gesticular y articular las dulces palabras de aquella canción.

Mi respiración se encontraba arraigada al compás de su canto, y a las suaves caricias que quizá no se daba cuenta que me otorgaba en ese momento.

Someday I'll wish upon a star
Wake up where the clouds are far behind me
Where trouble melts like lemon drops
High above the chimney top
That's where you'll find me

Las palabras se hicieron dulces susurros de tarareos repetidos, hasta ese momento su dulce juego de movimientos delicados no había cedido. Con mi mano libre acaricié el contorno de su rostro, era tan pequeña y grácil.

—Podría escucharte cantar durante horas —ella sonrió ante mi comentario dejando de jugar de manera infantil con mi cabello.

—Yo no podría cantar tanto tiempo —soltó una pequeña risa casi imperceptible.

—Es un decir —quité mi mano de su rostro para acomodar los largos caireles que se formaban en las puntas de su cabello en alguna forma en que no quedarán debajo de mí.

—Deberíamos dormir —un bostezo salió de su boca logrando que los destellos esmeralda de sus ojos se escondieron bajo los párpados pesarosos —. Sabes, me alegra que nuevamente podamos estar así de cerca.

Solo sonreí de forma sincera antes de ver aquellos orbes cerrarse por completo ocultos bajo espesas pestañas.

—Descansa... Allen.

La había visto dormir aquella noche en el hospital pero el cubre bocas ocultaba toda la perfección de su rostro. La paz que se reflejaba a través de su expresión era incomparable. Como si todo aquello que la aquejaba no existiera.

Su respiración se volvió pausada. Como si en cualquier momento fuera a dejar de ingresar oxígeno a sus pulmones.

Aunque de eso no se traba su enfermedad, ella no moriría entre sueños, pero aún tenía miedo. Era esa razón por la cual debía de protegerla nadie podría tocarla. Nadie se atrevería a dañarla.

Acomodé su rostro acercándola a mi pecho. La tibieza de su cuerpo me produjo un cosquilleo sobre mi ropa y el dulce aroma que emanaba de su cabello era algo a lo que podría acostumbrarme. Tomé su nuca con una mano y en un acto posesivo la abracé sin tener la intención de lastimarla.

Amor Silencioso |COMPLETA|Where stories live. Discover now