capítulo 39 -Sin alma.

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MAIA BLOOM!

Despierto desorientada en una habitación toda blanca, llena de vendas… mi rostro me duele… y mucho… mi cabeza da vueltas… a mi mente vienen escasos recuerdos de Sebastián…

Cuando ese nombre pasa por mi mente, cubro mi cuerpo con la fina tela que cubre mi cuerpo,  miro a todos lados asustada.. tengo miedo y mucho… no lo quiero cerca, No lo quiero cerca, no quiero a ningún hombre cerca…. Mi corazón late muy rápido. La puerta se abre haciendo que grite…

-Maia… tranquila… soy la doctora Elizabeth Trainor – me dice una mujer de aproximadamente unos 40 años, con un rostro y mirada dulce…  - tranquilas estas en el hospital… aquí nada te pasará, ya estás a salvo.

-Tengo miedo… - le digo – si Sebastián  viene… el puede… - ella se acerca apresuradamente a mi… y toma mis manos.

-El no vendrá Maia, ya estás a salvo… - me dice, pero mis nervios, mi miedo me dice otra cosa, miro cautelosa a todos lados… - Maia… - ella me llama…

-¿Si? – le digo..

-Aquí  estas a salvo… - me reafirma.

-¿mi mamá? Quiero ver a mi mamá… - le digo en un susurro.

-Maia primero tengo  que revisarte… - me dice.

-No… - le digo negando con mi cabeza cubriendo más mi cuerpo… - le digo.

-Maia es necesario… - me dice.

-No quiero!!!! – le gritó Alejándome de ella – quiero a mi mamá, necesito a mi mama…. – le suplico llorando. – por favor necesito a mi mama…. – le digo mientras lloro cubriendo mi rostro…

La veo salir apresurada y miles de recuerdos golpean mi mente, un calor, unas manos, una barba… y unos increíbles ojos oscuros, hacen que mi cuerpo se calme…

Las puerta se abre y mi madre aparece en ella…

-Isa!! – dice mi mama al verme y me abraza tan fuerte que siento paz y tranquilidad, ella comienza a llorar y yo la sigo – mi niña Perdóname por no estar más pendiente de ti, Perdóname por toda la basura que te tocó soportar… mi niña…

Sus palabras llegan a mi alma… la palabra Perdóname se repite una y otra vez en mi mente pero con la voz de un hombre…

-Mami, tengo miedo… tengo mucho miedo… - le digo abrazándome más a ella.

-Nada te pasarás, estas a salvo… ya se acabó todo, Sebastián está preso, incluso tu padre… todo estará bien ahora… - me dice haciendo que me separe un poco de ella.

-¿mi padre? – le pregunto confundida.

-Si mi Amor, si a eso se le puede llamar padre, está preso, ¿como pudiste guardar tanto? ¿Cómo pudiste aguantar tanto? – me pregunta – gracias a Zeit mi niña… - ese nombre me hace sobresaltar…

-Zeit… - susurro…. – Zeit… - vuelvo a repetir… un recuerdo golpea mi mente, su rostro, su barba… su ojos…

-Si mi niña Zeit, solucionó todo… el te salvo… el te protegió… - me dice.

El aire en mis pulmones comienza a desvanecerse, y mi respiración es más agitada… estoy hiperventilando… aire, necesito aire… tomó mi cuello pero me duele, veo como mi mama se desespera, sale Corriendo de la habitación y varias mujeres entran apresuradamente, me acuestan… y revisan!

Aire, necesito aire…  me colocan una mascarilla e inyectan algo… en un último aliento… sólo logró nombrarlo… a el…

-Zeit… - susurro….  Con mis ojos entrecerrados...

-Aquí estoy! – me responde unas voz tomando mi mano… - no me moveré de aquí….

Con su mano en la mía me duermo, me dejó cubrir por esa oscuridad que estos momentos parece tan placentera…. 

El está aquí... aquí conmigo...

ZEIT HABBAK EL ADONIS Where stories live. Discover now