Naruto: Crónicas del Guerrero del Remolino

Duelo

Basado en la obra de Masashi Kishimoto

Corregido por Yue Izaya

Las Crónicas del Guerrero del Remolino

ARCO DE LA INVASIÓN.

- Capítulo 24 -

Duelo

...

3 semanas después.

"¿Escuchaste? Naruto-sama sigue aún inconsciente en el hospital"- dijo una mujer de mediana edad que limpiaba la calle frente a su casa.

"Si, es muy triste, llevo su cuerpo al límite está vez para detener a los invasores"- contestó otra mujer también en la calle mirando a su vecina con ojos de comprensión.

"Pues por mí que se muera el maldito demonio"- dijo un hombre mayor tirando la basura en los contenedores frente a las casas.

"¡No digas eso idiota! ¡Naruto-sama es el hijo de Yondaime-sama!, además de ser el alumno de Kakashi-san y Jiraiya-sama"- le reprocho una de las mujeres.

"Y no olvides que él fue quien nos salvó de morir cuando la bestia de Suna nos atacó con esa enorme esfera oscura"- agregó la vecina mirándolo molesta -"es el héroe de la aldea y nuestro salvador, al igual que su padre hace 12 años"-.

"¿Están locas?"- se quejó el hombre viéndolas con incredulidad - "ese mocoso uso al Kyubi frente a nuestros ojos, es un monstruo, no sabemos cuándo vuelva a liberarlo para terminar el trabajo que inició hace 12 años... además... ¡EL MATÓ A MI HIJO Y MI NUERA!"- gritó el hombre recordando su pérdida. Su amado hijo y la dulce esposa de este.

"¡El chico no tuvo la culpa!"- defendió una de las mujeres tomando con fuerza su escoba lista para atacar al hombre si seguía diciendo idioteces -"desde hace 12 años él ha estado peleando por defendernos del odio del Kyubi; reteniendo su maldad dentro de él, y ahora Naruto-sama ha logrado convertir al Kyubi en su aliado y defensor de Konoha"- dijo orgullosa levantando el puño recordando esa proyección de energía roja que los había salvado.

"Si, y ahora ambos son los héroes de Konoha"- dijo la otra mujer apoyando la opinión de su vecina -"lamento mucho como lo trate en el pasado, él estaba peleando con el odio del Kyubi, purificando su malicia y nosotros solo le hacíamos el trabajo más difícil, pobrecito"- murmuró con la cabeza baja y algunas lágrimas cayendo en su rostro al recordar al pequeño Naruto caminar cabizbajo por la aldea siendo víctima del odio del pueblo -"pobrecito, cuando pueda verlo le pediré disculpas por las cosas malas que dije, él no se lo merecía"-.

"No puedo creer que compraran su mentira, ¡Ese niño es un demonio!"- gritó el hombre incrédulo, no era la primera vez que escuchaba como más y más gente empezaban a alabar al monstruo y creían en su engaño, una bestia maligna como él nunca cambiaría -"no puedo ser el único que ve su mentira, ese niño es el causante de toda nuestras desgracias, no solo hace años si no ahora, no es un héroe, es un demonio, él dejó que la hija de Miya muriera"-.

"Eso no es cierto"- dijo una nueva voz que se unió a la conversación.

"Miya-san"- murmuró una de las vecinas nerviosa. Miya había estado inconsolable cuando su hija fue encontrada muerta después del ataque de los ninjas de Suna - "¿Como esta?

"¿Cómo crees idiota?"- reclamó otra de las vecinas dándole un manotazo en la cabeza -"lamento que nos escuchará hablar de usted y del momento difícil que está pasando"- se disculpó.