Capítulo 20: Deserción

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El amanecer llegó a Konoha, y con él también llegó el primer problema de la mañana para Hiruzen. Un ANBU llegó a su oficina, y él cargaba a Sakura Haruno inconsciente en sus brazos.

-Hokage-sama, he encontrado a esta muchacha inconsciente en un banco cerca de las puertas de la aldea.- informó el Shinobi, sentando a la pelirrosa en una silla.

Cuando la despertaron, ella recordó lo último que vio antes de caer inconsciente y comenzó a llorar.

-Sasuke-kun... se ha ido con Orochimaru...- dijo la ojiverde, que seguía quebrada por la traición de su amor platónico.

-Llama a Neji Hyuga, Shikamaru Nara, Chouji Akimichi y Rock Lee.- ordenó el Sarutobi, y el ANBU salió a buscar a esos Genin.

Debido a los daños causados por la invasión, los mejores ninjas estaban fuera de la aldea por misiones o ayudaban a la reconstrucción. Por lo tanto, a Hiruzen no le quedó más opción que llamar a sus mejores Genin.

Shikamaru había ascendido a Chunin debido a sus grandes habilidades estratégicas, y por tanto sería el líder del escuadrón de captura de Sasuke.
El grupo partió al cabo de unos minutos en dirección a Oto. Pasada una hora de persecución, 4 cuerpos que cargaban con ellos un barril enorme se comenzaron a divisar.

-Ya nos alcanzaron. Jirobo, hazte cargo de esos enanos...- dijo una pelirroja, y el gordo pelinaranja frenó y se dispuso a enfrentar a los Genin mientras sus compañeros escapaban.

El llamado Jirobo los encerró en un domo de tierra, el cual les quitaba su chakra poco a poco.
Pero con un fuerte golpe, Neji partió la cúpula y por tanto quedaron libres.

-Yo me encargo de él, ustedes váyanse de aquí...- dijo Chouji, preparándose para pelear luego de ver como sus compañeros escaparon.

Los de Oto vieron con fastidio como el grupo de Konoha se les acercaban, y fue Tayuya la que se detuvo.

-Yo me haré cargo...- dijo Shikamaru, viendo como su equipo seguía adelante.

-¡Esos chicos son muy molestos!- dijo Kidomaru, dándole el barril a Sakon y haciendo tiempo para poder escapar.

Neji y Lee se miraron mútuamente, y el Hyuga asintió.

-Suerte.- dijo el miniclon de Guy, partiendo en busca de Sakon y el barril.

Sakon había tomado mucha distancia de su otro compañero, pero suspiró molesto al ver como Lee lo adelantó y lo hizo frenar. Para su sorpresa, Rock Lee desapareció en un borrón de velocidad y le quitó el barril, corriendo hacia Konoha.
Pero alguien le dio un puñetazo en la cara y lo hizo soltar el barril.

-Kimimaro...- murmuró Sakon.

-Encárgate de él.- ordenó el Kaguya, que partió de nuevo hacia Oto.

El peliblanco había salido del bosque que rodea Konoha, pero sintió una presencia.

-Creo que eso no te pertenece ni a tí ni a la serpiente asustadiza...- dijo Naruto, que estaba sentado con los brazos cruzados y los ojos cerrados en la rama de un árbol.

-¿Y qué vas a hacer entonces?- desafió Kimimaro.

-No tientes a tu suerte...- advirtió el rubio, acercándose al chico.

-Como des un paso más...- amenazó Kimimaro.

-Tranquilo, vengo a ayudarte. De seguro Orochimaru no te pudo curar de esa enfermedad...- dijo Naruto, sorprendiendo al Kaguya.

-¿Cómo es que sabes eso de mí?- preguntó el peliblanco, atónito por saber que alguien conoce esa enfermedad que tanto lo perjudica.

-Te ofrezco la cura, pero a cambio debes dejar a Sasuke en el suelo.- dijo Naruto.

-No puedo traicionar a Orochimaru-sama...- dijo el peliblanco.

-Él piensa que no le sirves más, y como si eso fuese poco no te ha intentado curar nunca...- dijo el ojiazul.

Kimimaro lo pensó, y dejó el barril unos metros detrás de él. El Uzumaki se le acercó y le puso su palma derecha en el pecho, a la altura del corazón. Una marca circular blanca apareció ahí, y el Kaguya se sentía mucho más fuerte que antes.

-En verdad lo has hecho...- murmuró el peliblanco, haciendo una reverencia de agradecimiento.

Pero este momento fue cortado por Sasuke, el cual había hecho volar la tapa del barril, y ahora emanaba muchísimo chakra maligno. El Uchiha ni siquiera miró hacia atrás, y salió corriendo hacia Oto. Naruto suspiró, se despidió de Kimimaro y corrió detrás de Sasuke.

Mientras tanto, Chouji se vio en la obligación de consumir las tres píldoras del clan Akimichi. Estas le permitieron entrar en el modo mariposa, y usó ese poder para derrotar a Jirobo en la segunda fase de la marca maldita. Pero como consecuencia de haber usado las tres, Chouji quedó en un estado de gravedad.

Shikamaru era azotado por los Genjutsus de Tayuya, que eran emitidos por su flauta. Cuando todo parecía perdido, la pelirroja se dio cuenta que no se podía mover. Miró hacia abajo, reconociendo el Jutsu de posesión de sombras. Pero lo peor estaba por venir, en forma de un ataque Fuuton. Temari del Desierto había aparecido, y usó un Jutsu de viento con su abanico para poder derrotar a la pelirroja de Oto.

Neji tenía su Byakugan activado, pero su oponente buscaba el punto ciego del Doujutsu. Kidomaru entró en la segunda fase de su marca maldita, para luego esconderse entre los árboles y crear un arco y flechas de un material muy extraño producido por arañas. Descubrió el punto ciego del Hyuga, y lanzó su flecha con un hilo para poder moverla. Pero Neji se giró, recibió la flecha en su estómago y emitió su chajra a través del hilo. El chakra fue hasta Kidomaru, el cuan tenía el hilo conectado con su boca y el puño suave se encargó de dañar sus órganos. Neji realizó varios golpes de puño suave, y ambos quedaron demasiado heridos. El Hyuga cayó inconsciente, mientras que Kidomaru murió.

Lee pudo ganarle a Sakon y Ukon, solo le bastó abrir 3 puertad para poder asesinarlos con el Loto Escondido. El chico de corte de tazón sufrió las consecuencias de haber usado tres puertas durante mucho tiempo, y cayó inconsciente por el esfuerzo.

Naruto tenía muy en claro su objetivo, ya sabía lo que iba a pasar. Notó que Kimimaro se puso a su lado, y decidió sacarse la duda.

-¿Qué harás ahora?- preguntó el rubio.

-Pienso seguirlo, Naruto-sama...- dijo respetuosamente el peliblanco.

-Está bien, pero no me hables como tu superior porque me hace sentir viejo... vete a esta dirección en la aldea de los mercenarios. Un compañero mío ya ha sido advertido de tu llegada.- dijo el ojiazul.

-¿Ya sabías que me uniría a tí?- preguntó el Kaguya.

-Sí, fue lo primero que se me vino a la mente.- explicó el Uzumaki, y Kimimaro se marchó a la aldea de los mercenarios.

Una nueva oportunidadWhere stories live. Discover now