Capítulo 22: Enfrentamiento

3.7K 248 4
                                    

Naruto llegó a la mansión por la tarde, y vio a todos jugando a las cartas.

-Gaara, Yugito, Roshi, Han, Fu, B, acompáñenme al Dojo.- dijo el rubio, y los mencionados lo siguieron.

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó el pelirrojo barbudo.

-Voy a explicarles el plan de entrenamiento. Gaara y Fu no se llevan bien con sus Bijuus, por lo que todos ustedes deben ayudarlos.- explicó el ojiazul.

-Supongo que es lo más conveniente, además estaremos entrenando...- dijo Han.

-Yugito y B entrenarán a Gaara, y los otros dos estarán con Fu.- dijo el rubio, yéndose del Dojo.

-¿Qué vas a hacer tú?- preguntó Madara, que estaba apoyado sobre una pared.

-Voy a entrenar la combinación del chakra de Kurama y mi Rinnegan.- dijo el ojiazul.

-¿Qué te parece luchar ahora? Madara y yo contra tí.- propuso Hashirama.

-Está bien...- murmuró el Uzumaki, y los tres se fueron al campo de entrenamiento gigante.

El Senju creó al hombre de madera, y entró en el Senjutsu del Mokuton. El Uchiha activó su Rinnegan y creó el Susanoo perfecto azul. Esa armadura cubrió al hombre de madera, y una gema protegía a Madara y Hashirama de cualquier ataque directo a ellos.
Naruto entró en Modo Chakra de Kurama, creando un zorro de 9 colas a base de chakra. El Kyubi fue rodeado por una armadura blanca, propia del Susanoo perfecto del Uzumaki.

Ambos gigantes se lanzaron el uno al otro, comenzando la pelea más épica de la historia. Pero algo ocurrió, y fue suficiente como para frenar la batalla.

-No pueden luchar en esa forma, van a destruir el mundo...- recriminó Jiraiya, que estaba acompañado de un chico. Él tenía el pelo negro largo atado en una coleta baja, lagrimales muy pronunciados, ojos negros y la capa de la organización de Naruto.

-Itachi...- murmuró el ojiazul, desactivando su Rinnegan y volviendo a su estado base.

-Naruto, un placer volver a verte...- murmuró el Uchiha, dándole la mano al rubio.

-El placer es mío. Estoy seguro de que ya te he mostrado la casa en alguna oportunidad, así que Jiraiya te mostrará tu habitación.- dijo el Uzumaki.

-Antes de irme a conocer mi habitación, ¿Cómo está Sasuke?- preguntó el pelinegro.

-Es muy arrogante, pero me he encargado de dejarlo ir con Orochimaru, pero no sin antes dejarlo muy lastimado...-dijo el rubio, haciendo suspirar a Jiraiya.

-Nunca cambiarás...- murmuró cansado el viejo, para luego irse al interior de la mansión con Itachi.

-Naruto, quiero medir mi fuerza con la tuya...- dijo Madara, activando su Rinnegan.

-Está bien, pero no usemos nuestro Susanoo perfecto...- dijo el rubio, activando su Rinnegan.

Comenzaron una lucha de Taijutsu muy vistosa, donde cada golpe era muy elegante. A ojos de Hashirama, parecía un baile, en el que Naruto llevaba el ritmo mejor que el Uchiha.
Un golpe en el pecho hizo retroceder a Madara, el cual le lanzó una gran ola de fuego al rubio. Este desapareció en un destello amarillo, y apareció a un costado.

-Él y su molesto Jutsu...- murmuró Madara, viendo el kunai de tres puntas en el suelo, el cual fue recogido por el ojiazul.

De repente, el Uchiha salió volando por un golpe en su cara, y se pudo recomponer en el aire y caer bien. Otra seguidilla de golpes lo dejó muy confundido, él juraría que Naruto estaba parado en su lugar.

-Limbo...- pensó el pelinegro, que ahora podía cubrirse de las sombras.

-Veo que te diste cuenta, veamos si puedes soportar esto...- murmuró el rubio, y una barrera muy estrecha encerró a Madara.

El Uchiha miró al cielo, viendo grandes nubes de tormenta. Naruto envolvió su mano izquierda en rayos, y cuando la apuntó hacia el cielo un rayo conectó su mano y el cielo. Los rayos comenzaban a acumularse en ese punto, y Madara vio con mucha sorpresa un enorme dragón eléctrico.

-¡Kirin!- dijo el rubio, bajando su mano.

El dragón se metió en la barrera, y descendió hacia Madara a la velocidad de la luz. Una gran explosión de rayos y polvo imposibilitó la vista desde afuera, y la barrera se deshizo. Cuando el polvo se disipó, se podía ver el Susanoo en la segunda forma del pelinegro, pero.la armadura se agrietó y se deshizo.
Madara cayó sobre su rodilla, respirando muy agitadamente.

-No importa cuánto lo intente, siempre estaré dos escalones debajo de él...- murmuró el Uchiha, que cayó inconsciente.

-Parece que gané...- murmuró el Uzumaki, cargando a Madara y llevándolo a su habitación.

-¿Qué fue esa técnica?- le preguntó Hashirama a Naruto, posterior a que el rubio dejase al pelinegro en su habitación.

-Se trata de un Jutsu rango S que utiliza los rayos naturales como un ataque. Para lo único que gasto chakra es la conexión entre el cielo y mi mano, lo demás se provoca naturalmente.- explicó el ojiazul, sorprendiendo a Hashirama.

Ambos se fueron a comprar comida, y cuando la noche llegó ya estaban terminando de preparar la cena.

-¿Qué vamos a comer hoy?- preguntó Yugito.

-Hemos preparado Ramen.- dijo el Senju, recibiendo un asentimiento por parte de la rubia.

-Déjenme poner la mesa...- dijo la Jinchuriki, que preparó los platos y cubiertos.

Madara se despertó, y fue directamente a buscar el jugo en la heladera. La mesa estaba lista, y los demás llegaron.

-Les presento a Itachi Uchiha. Él estará con ustedes a partir de ahora...- dijo Jiraiya, señalando al pelinegro.

-Espero llevarme bien con todos ustedes...- dijo con una leve sonrisa el hermano de Sasuke, y todos lo saludaron.

-¿Piensas quedarte a comer, viejo pervertido?- preguntó el rubio, enojando a Jiraiya.

-No, debo ir a buscar a Tsunade para que sea la Godaime Hokage...- murmuró el peliblanco.

-Quédate a cenar, y mañana a la mañana partimos nosotros dos a buscarla...- dijo el Uzumaki.

-De ninguna manera, no tienes relación con la aldea...- dijo el Sannin.

-Orochimaru está vivo, pero está muy adolorido por la lectura de alma que le realicé.- declaró el rubio.

-¿Y qué tiene que ver con Tsunade?- preguntó Hashirama.

-Le irá a pedir ayuda para calmar el dolor.- dijo el ojiazul.

-Está bien, pero tú no puedes venir...- murmuró el peliblanco.

-Irás con Hashirama, si a él le parece bien...- dijo Naruto.

-Por mí no hay problema...- dijo el pelinegro mencionado.

-Entonces ya está arreglado, me quedaré en la habitación de huéspedes...- dijo el Sannin de los sapos.

La cena transcurrió de manera tranquila, y luego de higienizarse todos se fueron a dormir.

Una nueva oportunidadWhere stories live. Discover now